El subcontinente norteamericano está en las calles (bueno, exceptuando a Canadá) y es que, mientras los mexicanos protestan contra un narcoestado y piden que se termine la corrupción y la impunidad, los estadounidenses protestan contra sus instituciones de seguridad que han asesinado a ciudadanos desarmados (sus protocolos han costado la vida de muchos ciudadanos, sobre todo negros, lo cual le da un cariz racista al tema).
El principal fiscal del estado de Nueva York buscaba el día de ayer obtener poderes para investigar todas las muertes de civiles desarmados a manos de la policía en su territorio, en medio de ambiente lleno de protestas, en ocasiones violentas, contra la decisión de dos grandes jurados de no procesar a oficiales por la muerte de dos hombres negros que no portaban arma alguna.
Apenas un día después de que una multitud lanzara piedras a los policías al Norte de California (en la otra costa del país) y que la policía respondiera con gases lacrimógenos, el fiscal de Nueva York, Eric Schneiderman, afirmó que hay que actuar para acabar con la «crisis de confianza» en el sistema de justicia criminal.
Aún no se sabe si el gobernador del estado, Andrew Coumo, otorgará al fiscal los poderes que pidió. El gobernador está en la cuerda floja porque quiere que la gente se tranquilice, pero también quiere estar en buenos términos con la policía… esperemos que eso de agradar a todos no le cuesta puntos políticos.
Se han registrado manifestaciones en varias ciudades de los Estados Unidos después de que no se acusara a nadie por la muerte de Garner, un hombre negro que estaba desarmado, padre de seis niños y que pereció después de que un policía blanco le practicara una técnica de inmovilización por estrangulamiento que está prohibida.
Esta decisión se suma al de un gran jurado de Misuri absolviera a un agente por la muerte a tiros de un adolescente desarmado (Michael Brown), la cual desató manifestaciones en Ferguson y otras ciudades del país.
Schneiderman dijo en un comunicado:
«Los horribles hechos que rodean la muerte de Eric Graner han revelados una profunda crisis de confianza en algunos de los elementos fundamentales de nuestros sistema de justicia criminal»
Agregó:
«Nada puede ser más importante, tanto para el público como para los oficiales de policía, que trabajan en forma incansable para mantener a salvo nuestras comunidades, que actuar inmediatamente para restaurar la confianza»
El fiscal dijo que ha pedido una orden ejecutiva temporal por parte de Cuomo para transferir al estado la autoridad para investigar estas muertes, actualmente en manos de fiscales locales, que trabajan estrechamente con la policía , hasta que los legisladores puedan aprobar una medida más permanente.
No está clara la posición de Cuomo, a pesar de que él mismo a llamado a que se haga una reforma del sistema de justicia criminal.
La portavoz del gobernador dijo:
«Estamos revisando la propuesta del fiscal general»
Pero en caso de ser firmada, la orden solo afectaría a casos nuevos, excluyendo la muerte de Garner o la de Akai Gurley, de 28 años, asesinado por un agente en una escalera oscura de un edificio de departamentos de Brooklyn el mes pasado.
Madre pide que condenen a policías asesinos
La madre del niño negro de 12 años que fue asesinado en Cleveland hace unas semanas por un policía presentó una demanda federal de derechos civiles contra la ciudad y los dos agentes implicados.
El Departamento de Justicio local dijo la semana pasada que la policía hace rutinariamente un uso excesivo de la fuerza.
La madre dijo:
«Quiero que los condenen. Tamir era un niño brillante, tenía un futuro prometedor y mucho talento para todos los deportes: fútbol, baloncesto, fútbol americano. Era mi bebé»
Como vemos, las instituciones de seguridad necesitan, tanto allá como aquí, una reforma que considere los derechos humanos de los ciudadanos. Hay que recordar que, aunque ellos pueden usar la fuerza, se supone que están para proteger a la comunidad, no para amedrentarla.
