“Te escapaste de una prisión de máxima seguridad, ¿no? Pues vamos a ver si puedes de una… de menor nivel”. Así la lógica de las autoridades mexicanas.
Mientras andábamos viendo Sabadazo este fin de semana (precisamente el sábado), nos cambiaron a Joaquín “El Chapo” Guzmán de lugar de encierro. Ahora, de estar en el penal de alta seguridad de El Altiplano, se encuentra en el Cefereso 9, ubicado en Ciudad Juárez, Chihuahua… uno que es de menor nivel de seguridad. Ejemplo: en 2014 cinco reos intentaron fugarse saltándose la reja, tres fueron recapturados y dos lograron escapar, reporta Proceso.
Por la cercanía que tiene la nueva “casa” de Guzmán Loera con la frontera del norte, lo primero que se pensó fue en que por fin se estaba dando la extradición del capo a los Estados Unidos, país donde tiene dos peticiones de “visita”, una en California y la otra en Texas. Sin embargo, nos lo dejaron a mitad de camino y ahora se encuentra en el punto donde opera el Cártel de Juárez, uno de los grupos criminales con los que el Cártel de Sinaloa ha sostenido una lucha armada los últimos años.
El traslado de “El Chapo” no generaría especulaciones, si su nuevo sitio de encierro se tratara de un penal de igual o mayor nivel de seguridad que El Altiplano… Sin embargo, esto no es así y, pese a que se le aplican “los mismos protocolos que en El Altiplano, incluyendo el monitoreo las 24 horas a través de una cámara en su celda”, el hecho de colocar a Guzmán en un territorio en el que más fácilmente puede obtener ayuda de sus subordinados del Cártel de Sinaloa, genera ciertas dudas.
Lo anterior fue expuesto por Michael Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la DEA, en los Estados Unidos, a quien se le preguntó qué lógica puede tener el traslado de “El Chapo”. Para hilaridad y vergüenza, el ex funcionario extranjero respondió tajantemente:
“Simplemente no tiene ningún sentido. Ahí se encuentra parte de su imperio, tiene la infraestructura y la gente que lo puede ayudar, en términos de ingeniería, a otra fuga”.
Hasta el momento las autoridades mexicanas no han justificado por qué decidieron llevar a Guzmán al Cefereso 9. El asunto de la extradición está descartado, ya que un funcionario (que pidió guardar su anonimato) comentó que este proceso se encuentra a la mitad. El rechazo de esta hipótesis también fue apoyado por analistas consultados por la agencia Associated Press, quienes no logran encontrar un vínculo entre la nueva prisión y un posible traslado a los Estados Unidos.
Por su parte, Carlos Castillo, abogado de Guzmán Loera, fue consultado por Proceso y señaló que el protocolo que se le aplicó a su cliente puede deberse a dos sopas relacionadas con su alta peligrosidad: por vulnerar la seguridad de El Altiplano o porque la seguridad de El Chapo puede ser vulnerada.