En el Reino Unido se está cocinando una serie de reformas que —si las agarramos de ejemplo— podrían sacudir la manera en la que la humanidad se relaciona con su entorno. En resumen, cuando esto se haga formal, las leyes británicas considerarán a todos los animales vertebrados como seres sintientes.
¿Eso qué significa? Que se tomará en cuenta la capacidad de los animales de sentir tristeza, alegría y sí, por supuesto, dolor.
En términos prácticos, las nuevas leyes británicas sobre seres sintientes traerán cambios en cómo participan los animales en la agricultura, en cómo se venden a través de las fronteras, en cómo se usan para el alimento humano y en la forma en la que se cuidan como mascotas.
Como decíamos, aplicará para todos los animales vertebrados: aves, pescados, perros, gatos, vacas. Todos.
“Esta legislación asegurará que la sintiencia animal se tome en cuenta al desarrollar cualquier política gubernamental”, comentaban las autoridades del Reino Unido en un comunicado oficial.
Además, se creará un comité de expertos —llamado Comité de Sintiencia Animal— para desarrollar todas las políticas gubernamentales que los involucren y que, de acuerdo con la propia ley, las autoridades estarán obligadas a escuchar y tomar en cuenta.
¿Qué implicaciones tendría?
Acá es donde se pone interesante pues la sintiencia animal traerá muchísimos cambios en la vida diaria.
Para empezar, prohibirán el comercio de marfil y de aletas de tiburón. Al mismo tiempo, según The Guardian, quedará prohibida la venta de foie gras, pues sobrealimentan a los gansos en su preparación. Se terminará la exportación de animales vivos y la importación de animales exóticos como trofeos de cacería.
Prohibirán también el uso de chips de identificación para perros y gatos. También se van los collares de castigo.
Crearán muchísimas regulaciones en las trampas de roedores, quedarán prohibidas las jaulas para conejos y otras formas gachas para transportar animales de granja como gallinas o cerditos.
*Con información de The Guardian