Facebook es la red social más popular del mundo. Se estima que más de un billón de personas la utilizan diariamente; por lo mismo, es la plataforma de interacción social más influyente que existe. Además de las tarjetas navideñas con Piolín que nos publican nuestras tías, racimos infinitos de memes, duckfaces y fotos tipo “acá, jalando en el gym”, en FB prolifera un casi catatónico e imparable flujo de información: información que en varios casos es indemostrable, y en otros más ni siquiera buscamos comprobar.
Ayer, jueves 15 de diciembre, la compañía develó el plan para ‘darle cran’ a las fake news que se cuelan en la sección de noticias de nuestros perfiles. A través de una publicación en su blog, Adam Mosseri, el ejecutivo de Facebook responsable del newsfeed anunció que la empresa trabajará en conjunto con varias de las más prestigiosas firmas de verificación de hechos como Snopes, Factcheck.org y Politifact para verificar los contenidos que se comparten en FB.
El miedo virtual y la mala información que se infunde a través de las redes sociales se traduce en miedo y consternación real en nuestras sociedades: en los ejemplos se puede enlistar el caso Pizzagate, la teoría de que Hillary Clinton desataría la Tercera Guerra Mundial en caso de llegar a la Presidencia, los payasos asesinados en Ecatepec y hasta los antorchistas flotadores que volaron un automóvil con su rasho láser.
Y a todo esto, ¿cómo va a funcionar la iniciativa de FB?
El anuncio, a pesar de ser un avance con rumbo a disminuir la presencia de estos falsos contenidos noticiosos, no es para echar las campanas al vuelo. Una vez que los fact-checkers den con un artículo que incluya información dudosa, la publicación será marcada como ‘discutible’ en el newsfeed, resultando en una penalización para estos artículos en el algoritmo de la red social. ¿Qué significa esto? Que las noticias falsas no dejarán de aparecer en la plataforma, sino que solamente aparecerán en una posición menos privilegiada.
Uno de los principales debates sobre el tema es la dificultad para definir qué es verdad y qué no lo es (cuestión que los filósofos llevan siglos tratando de explicar). En este aspecto, la verificación de hechos no es una ciencia exacta que pueda abstraerse de la subjetividad.