Greta Thunberg, Alexéi Navalni, la OMS, Donald Trump… son algunos de los nombres que se barajearon para recibir el Nobel de la Paz. Sin embargo, el comité encargado del galardón sorprende (otra vez) al designarlo a nombres no tan reconocidos, pero cuya labor es merecedora de reconocimiento.
La mañana del 8 de octubre el Comité Noruego del Nobel dio a conocer que el Premio Nobel de la Paz 2021 es para Maria Ressa y Dmitry Muratov “por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera”.
Según las consideraciones del comité Nobel, aunque Maria Ressa y Dmitry Muratov han luchado por la libertad de expresión en Rusia y Filipinas, su esfuerzo representa el de otros muchos periodistas que defienden por todo el mundo ese ideal (el de la libertad de expresión).
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El Nobel de la Paz se entrega este año dos luchadores de la libertad de expresión, en reconocimiento de que los tiempos que se viven no son los mejores para los periodistas: “la democracia y la libertad de prensa enfrentan condiciones cada vez más adversas”, señala el comunicado del comité Nobel.
Sobre los ganadores del Nobel de la Paz
Maria Ressa nació en Manila, Filipinas en 1963. En 2012 cofundó la empresa de medios digitales Rappler, donde se ha dedicado a exponer el abuso de poder, el uso de la violencia y el creciente autoritarismo en su país
“Como periodista y directora ejecutiva de Rappler, Ressa ha demostrado ser una valiente defensora de la libertad de expresión. Rappler ha centrado la atención crítica en la controvertida y asesina campaña antidrogas del régimen de Duterte”.
Además de criticar y exponer las mortales decisiones políticas de Duterte, Maria Ressa ha ayudado a evidenciar cómo las redes sociales han sido utilizadas para difundir fake news y para acosar a críticos del poder y manipular el discurso público.
Por su parte, Dmitry Muratov nación en Kuybyshev, USSR (hoy, Samara, Rusia) en 1961 y, casi al igual que Ressa, ha dedicado su trabajo profesional a evidenciar y criticar el abuso del poder en su país. En su caso, destaca el Comité del Nobel de la Paz, en condiciones cada vez más adversas.
En 1995, Muratov fundó el periódico independiente Novaja Gazeta, desde el cual, basado en hechos e integridad, “ha publicado artículos críticos sobre temas que van desde corrupción, violencia policial, detenciones ilegales, fraude electoral y “fábricas de trolls” hasta el uso de fuerzas militares rusas tanto dentro como fuera de Rusia“.
La labor de Dmitry Muratov y Novaja Gazeta ha sido respondida con agresiones, amenazas e, incluso, asesinatos de compañeros. Sin embargo, el ahora Nobel de la Paz no ha cedido: “Siempre ha defendido el derecho de los periodistas a escribir lo que quieran sobre lo que quieran, siempre que cumplan con los estándares profesionales y éticos del periodismo”.
Desde Oslo, Noruega, el Comité Nobel reconoce la labor de Maria Ressa y Dmitry Muratov, convencido de que la libertad de expresión y la libertad de información ayudan a garantizar un público informado y son requisitos para la democracia. “La concesión del Premio Nobel de la Paz a Maria Ressa y Dmitry Muratov tiene como objetivo subrayar la importancia de proteger y defender estos derechos fundamentales”.