Con motivo de la visita a México del cineasta Alan Berliner, les compartimos una reseña de su película Nobody’s Business, la cual se proyectará hoy (sábado 15 de febrero), a las 19:30 horas, en la Cineteca Nacional.
Después de prácticamente toda una existencia sin indagar más allá de lo estrictamente necesario, llevando una vida que podría decirse cómoda y en la búsqueda de reclusión personal que lo lleve a la tranquilidad que la vejez puede dar cuando se está satisfecho con el pasado, pareciera que no hay razón alguna para adentrarse en él, sólo hay que seguir y esperar plácidamente lo que el tiempo tenga preparado para cada uno.
Bajo esa premisa, Oscar Berliner encuentra en su casa y rutina cotidiana el impulso para caminar el último tramo de su vida, plácido, apacible y solo; incluso alejado de una familia, que se ha vuelto un afable recuerdo de la juventud.
No obstante, un momento cambia el devenir de los últimos días de Oscar, un enjambre de cuestionamientos virulentos y lacerantes se ciernen sobre el universo plácido y calmo de un viejo necio y reacio; sus respuestas ariscas son el móvil de un ejercicio documental íntimo y barroco, obra de nadie más que de su hijo: Alan Berliner.
Un intento por descifrar los códigos y recovecos de la historia familiar de los Berliner, lleva al gran cineasta estadounidense a romper el sosiego en la vida de su padre, se aventura en su psique buscando respuestas a preguntas que nadie más en su propio círculo tiene la menor intención de responder: ¿de dónde venimos? ¿quiénes somos? ¿quién es mi abuelo, mi bisabuelo, de qué país vinieron? Repasa de manera divertida la génesis no sólo de su estirpe, sino de los pasos que formaron la población de su país, llena de inmigraciones, razas y lenguajes.
Berliner nos lleva magistralmente, con su gran manejo del montaje y el lenguaje cinematográfico abigarrado y entretejido, a dar vueltas por el mundo genealógico, molesta a su padre intencionalmente para pasar algunos momentos juntos y nos muestra que saber de dónde venimos puede ser tan divertido como la imaginación nos lo permita.