A unas semanas de que “estrenemos” avión presidencial, no han faltado quienes exigen que se regrese y que el dineral gastado (nada más 218.7 millones de dólares) se ocupe en asuntos de más urgencia… pero ya no se puede, ya que de hacerlo éste estaría más devaluado que el peso: la nave tendría una pérdida de 58% de su valor.
El anuncio se dio luego que el “José María Morelos y Pavón” (nombre con el que fue bautizado el avión) fue sometido a un dictamen pericial para determinar si debía o no integrarse a la flota presidencial… aunque aún falta aplicarle algunas pruebas, como las practicadas por la la Federal Aviation Administration de Estados Unidos; sin embargo, es casi un hecho que el polémico Boeing 787-8 entrará en operación.
En el informe, Presidencia remarcó el hecho de que Peña Nieto se subirá a la navezota, pero ésta no fue adquirida por él… sino que fue un regalito que le dejó la administración de Felipe Calderón. Además, para abandonar la idea de venderlo, se acentúa que el avión fue comprado a un precio ”muy atractivo”, por ser uno de los primeros aviones de su tipo.
De acuerdo a datos del Presupuesto de Egresos de la Federación de 2014, el gobierno no sólo aprovechó la ganga… sino que también se hizo de un paquete completo, el cual incluye ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y un paquete de refacciones. Todo (con todo y el “Morelos y Pavón”) por “sólo” 2 mil 952.4 millones de pesos. Cabe destacar que el informe de Presidencia indica que toda la transacción se hizo estableciendo el valor del dólar a 13.5 pesos, “dado que también se adquirió una cobertura del tipo de cambio”.
Según presidencia, la compra de la nave fue decidida en 2012, a raíz del accidente aéreo que en 2011 sufrió Blake Mora, entonces secretario de Gobernación. Recordemos que en dicho accidente Mora y sus colaboradores murieron… esto después que pasara algo similar con Juan Camilo Mouriño, también secretario de Gobernación y también con trágico final en los aires, esto en 2008.
“A partir de ese hecho lamentable, en el dictamen del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2012, aprobado el 15 de diciembre de 2011, los diputados exhortaron al Gobierno Federal a que realice las adecuaciones presupuestarias conducentes para renovar el avión, así como el resto de las aeronaves asignadas a la Presidencia de la República, con el objeto de garantizar la seguridad del Presidente de la República y los secretarios de despacho de la Administración Pública Federal”.
