Fueron 3 días comiendo solamente rebanadas de pizza, papas con ajo y bebiendo mucha agua, pero también fueron 3 días de épicos momentos musicales, algunas de las colaboraciones más extrañas que han habido en la historia… y todo eso tristemente ha llegado a su fin.
Cualquiera que haya podido ir en persona a Coachella en ediciones pasadas sabe que el festival es una de las mejores experiencias de la vida y ahora yo (alguien que nunca había ido al festival) descubrí las razones por las que un evento de música de esa magnitud y organización te marca por siempre.
Tal y como pasa en cualquier evento o reunión, el final normalmente trata de superar todo lo que sucedió en días y ediciones anteriores.
Después de 2 estupendos días en el Empire Polo Club de Coachella, los organizadores y los grupos estabas forzados a responder a las miles de personas que querían el cierre ideal para el festival. Ya todos conocíamos el line up desde hace varias semanas, pero qué diferencia fue verlo en vivo.
Tarde pero sin sueño, el primer acto que abrió nuestra ruta del último día de Coachella fue Preservation Hall Jazz Band.
A pesar de ser un sonido al cual la mayoría de los jóvenes no está acostumbrado, es asombroso ver cómo a una banda como Preservation Hall Jazz Band le puede ir tan bien.
Una de las sorpresas más agradables del fin de semana fue STRFKR, banda originaria de Oregon que en vivo opta por dar una rarísima fiesta llena de disfraces, muñecos inflables y rola electro-pop que aunque no sean conocidas por la gente, al escucharlas en vivo no dan otra opción más que bailar.
La maravilla de un festival como Coachella es que no importa qué tanto estés clavado en la música o si sólo conoces una canción de algún o si eres el fan número del artista, en Coachella no se necesita de mucho para que se arme una fiesta de las buenas (pregúntenle a la gente del camping que tiene afters toooodos los días).
STRFKR continuaba en el Outdoor Theatre si fiesta mientras el joven Chance the Rapper salía al escenario principal con una sorpresa que nadie estaba esperando.
Para interpretar una de las últimas canciones de su set, Chance decidió sacar a un invitado muy especial Justin Bieber (ahora podemos decir algo que ni nos atrevíamos a pensar… Justin parte de Coachella)
Otra belleza de Coachella es la oportunidad de poder ver actos totalmente diferentes durante el festival. Desde raperos, pasando por Zoé y llegando hasta la brutalidad de Motörhead, el festival de Indio definitivamente tiene algo para todos. Así que mientras había personas yoleando en The Naked and Famous y rapeando en Rudimental, los amantes del indie estábamos sufriendo los empujones de todo el mundo para ver en vivo a Neutral Milk Hotel. (Las fotos estuvieron totalmente prohibidas durante la presentación de NMH y todo el mundo fue muy respetuoso con eso, así que imagínense un concierto perfecto con trompetas, acordeones, campanas y mucho amor).
Y ahora sí, después de días de espera era hora de que empezaran a salir los headliners. Mientras la chaviza se iba corriendo a ver a Lana del Rey, nuestro querido “güero” Beck salía en el escenario principal para demostrar la forma en que un headliner debe sonar.
El regreso de Beck a Coachella fue algo muy especial, pues el cantante fue el primer headliner en la historia del evento musical y desde entonces lo único que ha hecho es mejorar, pero ya no se puede ser más que un headliner.
Cuando parecía imposible que la noche mejorara, la carpa Mohave nos regaló una épica y ensordecedora presentación de Lemmy y compañía….. ¡Motörhead!
Como era de esperarse, los dilemas de qué ver a esa hora; a Arcade Fire, Disclosure o Motörhead, hicieron que el grupo de Lemmy diera un gran show para muuuuy poca gente, pero eso no importa cuando tienes a Dios enfrente.
Por otro lado, Disclosure quiso aplicara un “Pharrellazo” y realizó un set repleto de invitados especiales: Aluna (de AlunaGeorge) en “White Noise”, “Sam Smith en “Latch” y Mary J. Blige en “F for You”.
Por último (al menos en el escenario principal) pudimos ver en vivo de nueva cuenta, en menos de 1 mes, a Arcade Fire, pero esta vez con un set muy distinto al de la Ciudad de México y con momentos mucho más épicos (lo siento, es la verdad).
La banda canadiense decidió interpretar esta vez en vivo gran parte de su nuevo álbum, Reflektor, además de que ahora sí tocó “Keep the Car Running”, hubo un escenario pequeño a la mitad del público y lo mejor de todo: ¡Debbie Harry (de Blondie) cantando con Arcade “Heart of Glass” y “Sprawl II”.
Mientras gente en todo tipo de disfraces cantaba a todo pulmón algunas de las mejores rolas del grupo canadiense, el vocalista nunca había sido visto tan cómodo y contento en un concierto, haciendo esta presentación en Coachella una de las mejores en la historia de Arcade Fire.
Hay tantas cosas que podríamos aprender de Coachella para México:
- – A pesar de llevar todo el día en el sol, los jóvenes pueden ser civilizados y no necesitan andar metiéndose a codazos a todos lados.
- – Nunca habrá mejor placer que escuchar un concierto sin los
castrantesvendedores de chelas gritando todo el tiempo junto a ti. - – La gente se puede divertir con venta limitada de alcohol
- – No importa que en la noche esté helando… las chicas en paños menores seguirán pasándola bomba.
Reseña y fotos por: Rubén Partida (@RubenNSons)