¿Cuántas veces no han tenido que cambiar ligeramente su rutinaria vida Godínez? todo porque al dueño del edificio donde trabajan se le ocurre hacerle unas ligeras modificaciones. Muchos seguramente se adaptan, pero hay otros que prefieren tratar de regresar las cosas a su estado anterior… aunque los procedimientos no sean del todo civilizados.
A Trevor Lewis, un trabajador de la industria del reciclaje, no le convencieron del todo las remodelaciones que le hicieron a su espacio laboral, por lo que aprovechó que los obreros encargados de las modificaciones en el inmueble andaban pajareando, y tomó una excavadora con la que decidió echarles una manita…
El casi sexagenario hombre tuvo su “día de furia” y provocó daños cuantificados en 500 mil dólares, y eso que nada más rompió contenedores de reciclaje, postes de luz, así como varias áreas que se encontraban cercadas.
Conducido ante las autoridades, don Trevor confesó el motivo real de su furibundo actuar: lejos de considerar feas las remodelaciones de la fábrica de reciclaje en la que laboraba, éstas le provocaron una profunda depresión. Según relató, hace un tiempo sufrió una lesión en la rodilla, por lo que subir y bajar escaleras se le dificultaba…
Para su mala suerte, uno de los principales cambios en la arquitectura del lugar de trabajo es la colocación de unas escaleras… hecho que lo “desilusionó” ya que se le iba a dificultar –aún más– realizar su chamba como es debido.
Pero a las autoridades de Todmorden, Inglaterra le valió gorro la situación del hombre y lo condenaron a tres años de cárcel… para colmo en prisión le tocó una celda ubicada hasta el último piso. Bueno, esperemos que no sea así.