Cuando los adultos le dicen a los niños que no se debe de correr con tijeras, es porque cosas como estas pueden suceder.
Un pequeño de nombre Sasha Ulyanov de 3 años, jugaba con su hermana mayor, de pronto, mientras él corría con tijeras en la mano, chocó contra una puerta clavándose el filo directo al corazón.
El niñito corrió con demasiada suerte, pues su hermana sabía que su vecino es paramédico, entonces lo cargó hasta su puerta donde el vecino veía cómo las tijeras se movían con los latidos del pequeño.
Por fortuna para todos, la pronta intervención del paramédico y una operación en un hospital, le salvaron la vida, pues ya se recupera el pequeñín.
¿Qué aprendimos hoy además de vivir junto a un paramédico? Exacto, no corran con tijeras. Nunca.