Y lo peor es que la policía se lo creyó, ¿o no?…

Como sus padres estaban más que jetones y no había nada bueno en la TV, un niño de 10 años tomó a su hermana de 18 meses y decidió visitar a sus abuelos… pero como viven a unos 60 kilómetros de distancia de su casa, agarró prestadas las llaves del auto de sus progenitores y condujo, con todo y la fuerte nevada que en ese momento se registraba.

Luego de recorrer cerca de 10 kilómetros, el niño noruego pasó por el pueblo de Dokka, al norte de Oslo, donde hizo una parada y ahí un vecino local, conductor de una barredora de nieve, lo vio y advirtió a las autoridades:

“Los padres se despertaron y descubrieron que los niños habían desaparecido y que alguien había tomado su coche. Estaban muy molestos, como pueden imaginarse”, comentó el portavoz de la policía del distrito de Vest Oppland, Baard Christiansen. “El chico dijo que era un duende y había olvidado su licencia de conducir en casa”.

El incidente no pasó a mayores y la policía ya hablo con los padres, quienes –aseguraron-  pondrán más atención en sus hijos y –sobre todo- en las llaves de su carro-

El niño no será procesado por cargo alguno y el auto no sufrió daños… ah y claro, la policía no se creyó lo del duende.

*Vía metro.uk

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