El presidente Nicolás Maduro definió a Cilia Flores como la primera dama de la República Bolivariana de Venezuela.
No la había presentado en público como primera dama porque lo consideraba una trivialidad burguesa. “Ese es un concepto de alta alcurnia”, precisó Maduro, por lo que cambio el mote de Primera Dama a La Primera Combatiente de la República.
Cilia Flores es licenciada en Derecho, fue elegida diputada, poco antes de la primera victoria de Hugo Chávez, el 6 de diciembre de 1998 y formó parte del grupo que recibió de la gestión saliente los informes de la situación del Ministerio del Interior y la Policía Científica.
Su gestión no fue del todo exitosa para la libertad de prensa, durante su cargo prohibió el libre desplazamiento de la prensa independiente por los lugares en donde se sesiona y los envió a un salón donde los periodistas pueden ver la sesión a través de la transmisión oficial de la televisión; diseñó el canal –ANTV- que responde a los intereses del partido de gobierno, que confrotna a los disidentes y censura todo aquello que no conviene transmitir.
A Flores se le acusa de nepotismo por la contratación de 37 personas cercanas a su entorno en el Parlamento, incluyendo cuatro hermanos, dos sobrinos, dos primos y su exesposo.
“Tiene un carácter candela pura. Es tan fuerte en la casa como lo que mostraba en el Parlamento. Pero yo me impongo con fuerza. La última palabra siempre la tengo yo, cuando le digo ‘así es, mi amor”, ironizó Maduro al presentarla durante la campaña presidencial.
Cuando Maduro asumió el cargo como Presidente parafreseando a Hugo Chávez en alguno de sus discursos, dijo: “Quiero entregarle la banda presidencial a una mujer”, esperemos que no sea otro caso de redes político-conyugales como el peronismo o los Kirchner.
