Si por tantas desgracias como epidemias, guerras y cualquier otra amenaza contra la vida humana creen que este planeta se va a despoblar y habrá más espacio en el metro por las mañanas… pues lo sentimos, no será así, ya que ni siquiera una Tercera Guerra mundial o alguna pandemia con tintes apocalípticos hará que haya una variación al aumento de humanos.

Lo anterior fue declarado según lo que observan los profesores Corey Bradshaw, de la Universidad de Adelaida, y Barry Brook, de la Universidad de Tasmania, en un estudio publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, en el que advierten que lo que tenemos en las manos –bueno, quizás en otra parte– es una bomba demográfica para la que no existe un “ajuste rápido” y tiene impulso propio, por lo que ningún factor la afectará de manera significativa.

Es más, ni siquiera las medidas que ya en muchos lugares del mundo se utilizan podrán hacer mella en el crecimiento poblacional… al menos no a corto plazo, por lo que –señalaron– lo que debe preocuparnos realmente es el consumo de recursos naturales. “El impulso demográfico inexorable de la población humana erosiona con rapidez el sistema de sostenimiento de vida de la Tierra”, mencionaron los estudiosos, quienes remarcaron que la vida sostenible será uno de los mayores desafíos de la humanidad en los próximos 100 años.

“Asumiendo que continúen las tendencias actuales de reducción de la mortalidad, hasta una rápida transición hacia una política planetaria de un hijo por pareja conduciría a una población similar a la actual hacia 2100 (…) Incluso un evento de mortandad en masa, de 2 mil millones de muertes en una ventana hipotética a mediados del siglo XXI, produciría alrededor de 8 mil 500 millones de personas en 2100”.

Este estudio fue realizado por dos ecologistas, uno de ellos Broadshaw, y en él constan resultados que determinan que no habrá factores externos  –como guerras y enfermedades– que tengan influencia en las proyecciones que se tienen sobre la reproducción humana: “En esencia encontramos que la población humana es tan numerosa que tiene impulso propio. Es como un auto que corre a 240 kilómetros por hora: se puede pisar el freno, pero le lleva un rato detenerse”.

Para la interesante investigación, los académicos idearon nueve escenarios que podrían tener alguna influencia en la cifra de humanos que se tiene en estos momentos y en la tasa de fertilidad existente: guerras, enfermedades e incluso una política mundial de un hijo por familia… y nada impide que sigamos reproduciéndonos como conejos.

“Nos sorprendió que un escenario de tercera guerra mundial de cinco años, que imitaba la misma proporción de muertos de la primera y la segunda Guerras Mundiales combinadas, apenas registró un parpadeo en la trayectoria de la población humana en este siglo”.

Como ya fue señalado, no es que los actuales esfuerzos para disminuir la población mundial sean en vano, pero éstos tendrán un impacto a largo plazo: “Nuestros tatara-tara-taranietos podrían resultar beneficiados con esa planeación, pero no los pobladores actuales”, señaló Brook.

@plumasatomicas

*Vía La Jornada, The Independent

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