Quizás tú tienes el talento que la industria avícola del Reino Unido está buscando, ya que por las tierras en las que se encuentra actualmente nuestro presidente, Enrique Peña Nieto, nadie quiere una chamba que ofrece ganar más de 60 mil dólares al año.
¿Pues a quién hay que matar? A nadie, más bien lo que se requiere es que tengas buen ojo… muy buen ojo y acostumbrarte a manipular todo el día a tiernos pollitos, a los que tendrás que revisar muy de cerca por aproximadamente 5-6 segundos… y repetir el procedimiento entre 800 y mil 200 por hora. Al parecer a los británicos no les atrae tener tal cantidad de aves en sus manos.
El curioso y laborioso encargo es con la finalidad de determinar el sexo de los pollitos… si te interesa el puesto debes de ser muy preciso, ya que los jefes piden una certeza del 97-98%… algo que no se da de la noche a la mañana:
“Se necesitan tres años de entrenamiento para desarrollar la sensibilidad y destreza” que se requiere para detectar las pequeñas diferencias en los genitales de los polluelos y así determinar si se trata de una gallina o un gallo, comentó a The Times, Andrew Large, director ejecutivo del Consejo Avícola Británico.
Así es, aunque la manera más común es revisando las simples alitas, este procedimiento se tiene que hacer en los primeros días de nacido… y como no hay lugar para errores, pues el llamado “chick sexer” tiene que emplearse a fondo.
‘Creo que el problema es el trabajo en sí: se pasan horas -la jornada es de 12 horas al día- en mirar la parte trasera de un pollito. Eso no se ve muy atractivo”… pues no: imaginen a la hora de ligar, cuando la chava en cuestión pregunte: “¿y a qué te dedicas?”… quizá la cosa cambia cuando se presume el salario.
Pero el asunto parece que sólo es por prejuicios culturales. Por ejemplo “en el sureste de Asia el mismo puesto es un trabajo de alto status… pero en Reino Unido parece que es motivo de burlas”. Pero bueno… ¿ustedes por 60 mil verdes revisarían 800 amarillos por hora?