Los presidentes de España, Alemania, Francia, Brasil y México, entre otros, han sido víctimas de las prácticas de espionaje de los Estados Unidos, pero lo que tienen en común la mayoría de estos países es que son aliados declarados del país americano, es por eso que el Gobierno estadounidense ha sido cuestionado por estas prácticas.
Según The New York Times, funcionarios del gobierno y del Congreso dijeron el día de ayer que el presidente Obama está apunto de ordenar a la NSA que detenga el espionaje a los líderes de los países aliados de Estados Unidos.
En un comunicado, la senadora Dianne Feinstein, presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, expresó:
«No creo que Estados Unidos debería estar recolectando llamadas telefónicas o correos electrónicos de los presidentes y primeros ministros amigos»
La senadora ha sido una defensora de las políticas de vigilancia, pero en este caso parece que (por fin) pensó en que ésta podría tener algunos límites. La senadora dijo que su comité comenzaría una:
«revisión fundamental de todos los programas de recolección de inteligencia»
Los alemanes uuuy los alemanes
Parece que el Gobierno estadounidense no piensa lo mismo que el señor Burns, y es que se han cuidado en sus declaraciones, pues el país germano cada vez está más inconforme con el tema del espionaje a su canciller.
Por ejemplo, el ministro del Interior, Hans-Peter Friederich expresó:
«Los estadounidenses saben por ahora que este asunto es muy perjudicial para sus propios intereses, lo cual es evidente en la reacción del presidente, así como la del Senado»
El comisionado de Protección de datos en Alemania, Peter Schaar, dijo que los comentarios hechos por la senadora Feinsteon fueron el primer indicio de que las autoridades de Washington han comprendido la gravedad de la indignación europea sobre el asunto de las escuchas telefónicas, y las implicaciones que éstas tuvieron en la erosión de la confianza de los aliados de los Estados Unidos.
Schaar comentó:
«Si queremos volver a una relación basada en la confianza será necesario un esfuerzo serio»
El Parlamento alemán se reunirá en una sesión especial el 18 de noviembre y han pedido al mismísimo Edward Snowden comparecer.
Restricciones en su poder de espionaje, un cambio histórico
Hasta ahora no se había discutido algo así, es la primera vez que se le podría poner un límite a las capacidades que tiene la NSA para meterse donde no le incumbe espiar las comunicaciones de los líderes aliados.
Pero si no se van a espiar a los aliados estadounidenses, tendrá que haber una discusión muy amplia sobre quién puede o no ser una aliado de nuestros vecinos del norte.
Una cosa es prohibir que se siga interfiriendo el teléfono de Merkel o el de Hollande, y otra es pedir que no se recoja la información de inteligencia sobre los líderes militares de Egipto, por ejemplo.
Aún así, altos funcionarios de la oficina de la canciller Merkel y jefes de las agencias de inteligencia nacionales y extranjeras germanas tienen pensado viajar en los próximos días a Washington para que les quede bien clara su ira.
Se espera que pidan un acuerdo de no espionaje como el que Estados Unidos tiene con los principales países del mundo anglosajón: Reino Unido, Canadá, Asutralia y Nueva Zelanda. Es más, estos cinco tiene un nombre, se les conoce como «Los cinco ojos».
Estados Unidos no ve con buenos ojos tener este tipo de tratos, es más, ya había rechazado tener uno con Francia al principio de la administración del presidente Obama, pero ahora se lo están pensando dos veces con los alemanes, de todos modos, y en estos precisos momentos, es Alemania la cabeza de toda la Unión Europea.
Por lo pronto Obama ya dejó en claro que el espionaje contra Merkel se ha detenido y que ella no volverá a ser nunca jamás objeto de espionaje. Pero los planes que tenía Estados Unidos de formalizar un tratado de libre comercio con la Unión Europea se han visto detenidos temporalmente, pues los países miembros no firmarán nada hasta que no se garanticen «medidas de confianza» mínimas.
The New York Times habla
No son sólo los legisladores los que ya no ven con buenos ojos que se espíen países aliados, tampoco (y desde antes) los medios lo ven bien. Según la editorial de The New York Times, con el tema del espionaje, el Gobierno estadounidense evidencia la violación de acuerdos internacionales y de la privacidad de sus ciudadanos.
Según la publicación estadounidense, las explicaciones de la Casa Blanca:
«fueron una patética mezcla de afirmaciones insatisfactorias sobre la revisión de políticas, la necesidad de seguridad en una era insegura, y la extraña defensa de que el presidente no sabía que Estados Unidos intervenía el teléfono de la canciller alemana desde hace 10 años»
A diferencia del ex presidente Fox, el NYT expresó:
«Nosotros no nos quedamos con la clásica explicación de que todo el mundo se espía todo el tiempo. Nos pronunciamos por regresar a 1929 cuando el Secretario de Estado Henry Stimson prohibió la decodificación de cables diplomáticos internacionales porque “no era algo de caballeros”. Pero existe un consentimiento internacional de que las labores de espionaje se realizan para perseguir amenazas concretas contra la seguridad nacional»
Recordemos que esta política tan agresiva fue tomada por los «atentados del 9/11» cuando fue expedida la Ley Patriota, ante esto el NYT expresó:
«Que la intervención del teléfono de la canciller Angela Merkel se cubra sobre la noción de “seguridad nacional”, es un exceso de la decisión post 9/11 tomada por el presidente Bush y el vicepresidente Dick Cheney, de que todo el mundo es el enemigo y que los derechos de otros pueden ser degradados en el nombre de la seguridad nacional»
Se espera que los legisladores propongan modificaciones al Acta Patriótica y hagan revisiones al Acta de Inteligencia de Vigilancia Internacional, para impedir espiar, por lo pronto a los líderes de países «amigos».
