Mandela, con su excepcional historia, es uno de los padres de África, hoy cumple 95 años y además se celebra el Día Internacional de Nelson Mandela.

Particularmente, el día internacional de Mandela cobró fuerza este año por la hospitalización del exmandatario de Sudáfrica, y la gente ha encontrado la forma de rendir tributo a sus ideales. A través de la fundación Mandela se inició la campaña 67 minutos para ayudar a los demás, que son para igualar los 67 años que sirvió Mandela a su pueblo.

Para entender por qué Mandela es tan importante, debemos recordar que el conflicto social y racial fue profundísimo en Sudáfrica, un país inmenso con una amalgama étnica muy compleja: blancos, negros, mestizos, asiáticos, entre otros. Además, Sudáfrica carga con la historia de apartheid. Entonces las contradicciones en Sudáfrica eran muy notorias, era una sociedad racista donde los blancos, descendientes de ingleses y holandeses (afrikaners), eran dueños del poder, imponían la segregación racial. Los africanos fueron despojados de sus tierras y quedaron reducidos al 13 por ciento del territorio. Estaban prohibidas también las relaciones interraciales.

(Estas ilustraciones son parte de un cómic sobre la vida de Mandela)

Los letreros “Blancos solamente“, “Negros solamente” estaban en todas partes. A los africanos les estaba prohibido hacer huelgas, y usar los parques, las bibliotecas, los teatros y los cines. Los africanos no podían votar.

Además había conflictos entre las etnias africanas, parecía inevitable el choque entre los zulúes y los ksosas, las dos etnias negras mayoritarias del país. Mandela hizo el milagro. No estalló ninguna guerra civil y los negros pudieron participar del poder político.

Nelson Mandela luchó contra las injusticias en su país toda su vida. Una vez presidente, Mandela luchó en contra del apartheid de tal manera que no persiguió a nadie, sino que trató de que la gente de su pueblo enfrentara sus odios en las Comisiones de Verdad y Reconciliación. Ahí se esperaba que tanto víctimas como victimarios se vieran a las caras para tratar de superar el periodo anterior de su historia y que así pudieran, tanto la víctima seguir con su vida, como el victimario recibir su amnistía. Un proceso muy distinto al ojo por ojo griego o al, poner la otra mejilla cristiano. Ya que es un proceso de denuncia, y de enfrentamiento, pero también de reconciliación.

De esta manera, Mandela nos enseñó que hay maneras diferentes de enfrentar los problemas. Además, Mandela ha dedicado toda su vida a ayudar a los demás, desde luchando contra las injusticias en su país, hasta con la creación de la Fundación Nelson Mandela para la Infancia, y las actividades de filantropía y activismo social a las que se ha dedicado una vez que se terminó su periodo como presidente.

Podemos notar el perfil de justicia social que tenía Madiba, desde sus declaraciones cuando participaba en los movimientos políticos y sociales y cuando fue arrestado.

Cuando, en agosto de 1962, Mandela fue arrestado, él asumió su propia defensa para convertir el juicio en una tribuna de denuncia y concienciación nacional e internacional. Asistió al tribunal con el kaross, vestido africano tradicional shoxa, sabiendo que irritaría a las autoridades blancas y representaría la cultura estimulando el nacionalismo africano.

“Señoría, detesto intensamente la discriminación racial y todas sus manifestaciones… Por poderoso que sea el miedo que siento ante las aterradoras condiciones a las que puedo enfrentarme en la cárcel, mayor es mi odio por las aterradoras condiciones a las que está sometido mi pueblo fuera de ella en todo el país… Cuando cumpla mi pena me veré impelido por el odio a la discriminación racial contra mi pueblo a emprender de nuevo, en la medida de mis posibilidades, la lucha por la eliminación de estas injusticias hasta que, por fin, queden abolidas de una vez por todas…”

Tenía 46 años. Permaneció 18 años de su vida en la isla, que sumados a otros anteriores, fueron 27 años encarcelado por sus ideales políticos.

Desde ese momento en todos los países su nombre se repitió incesantemente, y su imagen se convirtió en un símbolo gigante de la lucha contra el racismo y por la justicia a favor de todos los pueblos oprimidos.

El gobierno racista trató de convencer a Mandela de abandonar la lucha armada y en cambio le darían la libertad. La respuesta de Mandela fue siempre contundente.

¿Qué clase de libertad se me ofrece cuando la organización de mi pueblo sigue estando prohibida? ¿Qué clase de libertad se me ofrece cuando puedo ser detenido por no llevar un pase? ¿Qué clase de libertad se me ofrece para vivir mi vida en familia mientras mi querida esposa permanece exiliada en Brandfort? ¿Qué clase de libertad se me ofrece si debo pedir permiso para vivir en una zona urbana? ¿Qué clase de libertad se me ofrece si incluso mi ciudadanía como sudafricano no ha de ser respetada?… No puedo, ni pienso hacer promesas en un momento en el que ustedes, el pueblo y yo, no somos libres.” (Carta de Nelson Mandela)

El presidente De Klerk y Mandela se conocieron y escucharon atentamente el 13 de diciembre de 1989, después del encuentro, el presidente anunció la liberación de los presos políticos encarcelados por actividades no violentas; la abolición de la pena de muerte y el levantamiento de otras restricciones.

El 11 de febrero Mandela abandona la cárcel cuando tenía 72 años y pudo gritar “¡AL FIN LIBRES! ¡ AL FIN LIBRES! ” recordando a Martin Luther King.

En 1993, Mandela y De Klerk fueron premiados con el Premio Nobel de la Paz.

“De la experiencia de un desastre humano que ha durado demasiado ha de nacer una sociedad de la que toda la humanidad se sienta orgullosa…Hemos logrado por fin nuestra emancipación política. Nos comprometemos a liberar a nuestro pueblo de las cadenas de la pobreza, las privaciones, el sufrimiento, el género y cualquier otra discriminación…¡Qué reine la libertad! ¡Qué Dios bendiga a Africa!” (Nelson Mandela)

Es un caso casi único en la historia: una sola persona, extraordinaria, Nelson Mandela, consigue llevar a cabo una idea que está más allá de la imaginación. Si algo podemos haber aprendido de este señor es que no hace falta hacer lo que a uno le corresponde para que las cosas cambien, uno debe de luchar por ello.

Aquí les dejamos más información y una galería de cómo se conmemora el Día Internacional de Nelson Mandela

Con información de: El País

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