Poco después de que se anunció la fecha y la hora para la marcha LGBT+ en la CDMX de este 2023 estalló el escándalo: cobros millonarios por espacios publicitarios, tratos bajo el agua con el Gobierno y la participación de personajes ajenos a la comunidad.
Y todo esto solo nos deja varias preguntas… ¿la marcha anual en favor de la comunidad LGBT es un espacio publicitario? Si cobran… ¿a dónde se va todo ese dinero? ¿quiénes son los involucrados en la marcha?
El escándalo de la marcha LGBT en CDMX
Desde principios de este 2023, en febrero, los comités organizadores de la marcha LGBT de la CDMX anunciaron la fecha y la hora de arranque de la movilización para este 2023: sábado 24 de junio a las 10:00 am desde el Ángel de la Independencia.
Por medio de un comunicado anunciaron que el lema de este año será “Libertad, justicia, dignidad… ¡A nosotros jamás nos borrarán!”. Afirmaron que las exigencias principales serán dos:
- La visibilidad y atención a grupos históricamente vulnerados (personas adultas mayores LGBTTTIQ+, personas con discapacidad, personas de pueblos originarios, personas racionalizadas, personas en situación de calle, personas que viven con VIH, personas trabajadoras sexuales, personas privadas de su libertad, personas adultas mayores)
- Reconocimiento legal y social de las identidades trans y no binarias
Los preparativos arrancaron y llegó una filtración que puso en el ojo del huracán a la organización del evento. Si bien es un asunto que ya se sabía, probablemente no dimensionábamos cuánto dinero se mueve por debajo del agua.
En redes sociales apareció una presentación con logos del comité Gay Pride CDMX LGBTTTIQ+ en el que se ofertan espacios comerciales para la próxima marcha.
El paquete más caro, según la presentación, cuesta un millón de pesos. Con el pago de ese dinerito podrás meter tu carro dentro de los primeros 15 lugares, el logo de la marca irá en el carro alegórico del Comité Pride, habrá menciones de los artistas invitados, presencia de marca en el cartel, redes sociales, etc.
Y es que no es cualquier cosa. La presentación que apareció de pronto en redes sociales afirma que toda esta planeación comercial fue desarrollada en conjunto con la Secretaría de Gobierno y tener “presencia de manera ordenada y adecuada en la marcha“.
Ofrecen 50 lugares en el recorrido de automotores, pantalla gigante en el escenario del zócalo, patrocinio de pendones y fachada, presencia en la conferencia de prensa, un Press Wall y zona VIP en el Zócalo, etc.
Después de que estalló el escándalo, por medio de un comunicado, el comité Gay Pride CDMX se deslindó de las cuotas. Además afirmó que, junto con otras organizaciones sociales, luchan por el derecho a la libre expresión y el uso del espacio público.
Y ya nomás para no dejar llegó la conferencia de prensa de este comité que anunció las personalidades y artistas que participarían en la próxima marcha: Carmen Campuzano, Cepillín, Alejandra Ávalos y hasta Alfredo Adame.
Lógicamente las protestas y críticas en redes sociales aumentaron debido a que la comunidad no reconoce a este hombre como un representante o ya mínimo como un aliado o amigo.
Incluso su hijo, Sebastián Adame, reclamó en sus redes sociales la participación de su papá. Recordó que el conductor le prohibía a él decir que pertenecía de la comunidad.
“Pero es muy frustrante, él no tiene derecho a estar ahí, él me prohibía que lo dijera al menos de que fuera pa sus entrevistas en contra del cazafantasmas o por que a él lo atacaban de que yo era gay y en vez de defenderme se ofendía y me atacaba a mi”, escribió en Twitter.
Y de nuez. El 30 de marzo el comité Gay Pride emitió un comunicado en sus redes sociales para disculparse por la presencia de Alfredo Adame en la conferencia de prensa.
Afirmaron que esta decisión fue de “las agencias artísticas” con las que trabajan y que la idea era que Adame diera un mensaje de apoyo para su hijo pero que “lamentablemente el resultado mediático no fue positivo”.
Aclara que Adame no fue nombrado abanderado de la marcha y que tampoco le dieron otro título representativo.
En medio de todo este escándalo apareció otro comunicado firmado por la Marcha LGBT+ de la Ciudad de México, el Guadalajara Pride y la Marcha Estatal del Orgullo LGBT+ de Puebla.
Señalan a dos personajes, Georgette Gómez y Angelo Diep, quienes afirman no son parte de la organización de las marchas “ni mucho menos representan el trabajo realizado”.
Explican que han estado haciéndose pasar por integrantes de varios comités organizadores de eventos del orgullo LGBT+ “con la única finalidad de obtener recursos económicos para un fin personal, sin conocimiento de las organizaciones convocantes”.
“Ninguna de las tres organizaciones ha solicitado recurso económicos al talento musical con el fin de participar en las ediciones anuales del orgullo”, se lee en el comunicado.
Es importante mencionar que los personaje Angelo Diep y Georgette Gómez aparecen como líderes del comité Gay Pride CDMX LGBTTTIQ+.
Y a todo esto ¿qué dijo el gobierno de la CDMX?
Poquito después de que estalló el escándalo por la cobradera, la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO) de la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos Humanos del gobierno de la CDMX publicó un comunicado.
Afirmaron que la marcha y el espacio público en donde se lleva a cabo no puede, ni debe, comercializarse para el beneficio de particulares.
“Quien busque lucrar con el movimiento, debe tener presentes las implicaciones jurídicas a las que se enfrenta y a la deslegitimación ante el movimiento y las poblaciones de la diversidad sexual y de género, que este acto ventajoso le confiere, sin lugar a dudas”, se lee.
Afirman que no le dan preferencia a ninguno de los comités y que están abiertos al diálogo de manera permanente con los líderes y organizadores.
El periodista Joel Valdéz entrevistó al titular de la SIBISO, Jaime Morales, quien afirmó que el gobierno no se estaba sumando a estos cobros, que nadie puede cobrar en una marcha en espacios públicos y que este año la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, no asistiría.
La lucha contra los carros y los cobros
El 29 de marzo pasado la cuenta de la XLV Marcha del Orgullo en la CDMX lanzó un comunicado para condenar la cobradera del comité embarrado y la venta de espacios comerciales.
Afirmaron que si bien la marcha requiere de recursos humanos y económicos para poder llevarse a cabo, el dinero debe “regirse bajo políticas de transparencia y rendición de cuentas”.
Explican que la marcha del 2022 convocó un total de 163 vehículos automotores por parte de 3 grupos convocantes, uno de los cuales cobró “ a la vista de todos. Dicen que lo hicieron visible ante las autoridades de la CDMX, quienes no hicieron nada.
Es por eso que para este año lanzaron una campaña y una convocatoria para no incluir automotores. Incluso se armó una petición en Change.org.
De este movimiento también surgió el Bloque Negro y los colectivos que tomaron la decisión de integrarse en un bloque disidente para protestar contra los movimientos que buscan lucrar con la lucha LGBT+.