Lo que necesitas saber:
En este 2024 se han registrado microsismos en Naucalpan. Sin embargo, en Praderas de San Mateo los vecinos han reportado hasta estruendos y se han movilizado para conocer las causas.
Vecinos de Praderas de San Mateo, en Naucalpan, se han movilizado para que las autoridades municipales y estatales evalúen la situación o dictaminen qué tipo de riesgos existen, además de que trabajen para conocer las causas de los sismos o microsismos que se han registrado entre julio y agosto de 2024.
Si se han dado una vuelta por redes seguro se han topado con tuits referentes a los microsismos en Naucalpan. ¿La falla de Acambay? Y las protestas de los vecinos para obtener una respuesta que les dé certeza.
Acá en Sopitas.com platicamos con dos expertos para saber qué está pasando en esta zona de Naucalpan.
Y despejar algunas dudas porque esta situación nos remite un poco a lo que meses atrás sucedió en Plateros-Mixcoac, donde un informe preliminar de la UNAM apuntó a que la causa de los sismos estaba en una falla geológica.
Especialistas nos explican qué está pasando con los sismos en Naucalpan
“Desde hace varios meses el municipio de Naucalpan ha registrado algunos movimientos sísmicos menores en el lado de Loma Linda, Molino, las Huertas, la colonia Modelo y Echegaray.
Pero el 19 de julio se registraron dos eventos de magnitud 2.1 y 2.3 en la zona de los Cipreses muy cerca de lo que es la autopista Chamapa-Lechería“, nos explicó el director del Instituto de Investigaciones Geológicas y Atmosféricas AC (IIGEA A.C) Carlos del Ángel.
Dicho sea de paso, el IIGEA está ubicado en Naucalpan, en Santa Cruz Acatlán.
Este Instituto cuenta con un sismógrafo, así que el equipo ha tenido la oportunidad de monitorear esta serie o enjambre de microsismos en este municipio con más detalle.
En una charla telefónica, Carlos del Ángel también nos explicó que estos eventos fueron los más cercanos a los sismos registrados en Praderas de San Mateo, donde a partir del 30 de julio comenzaron a cimbrar con fuerza a esta comunidad.
“El 30 de julio técnicamente ya se ubicó un sismo de magnitud 2.1 que también tiene catalogado el Sismológico Nacional con epicentro en Praderas y en el Cristo”.
De acuerdo con Carlos del Ángel, ese sismo fue de los primeros que sintieron los vecinos de Praderas de San Mateo, quienes los han descrito como explosiones o movimientos acompañados de estruendos que han cimbrado sus casas.
“Este es el único movimiento y los subsecuentes que creemos que pueden ser réplicas”, apuntó el director del IIGEA.
Justo ese sismo fue detectado hasta Santa Cruz Acatlán, donde están las oficinas del IIGEA y, claro, despertó el interés del equipo.
Sobre todo porque “los movimientos continuaron y no eran catalogados por el Sismológico Nacional”, contó del Ángel.
Tras las pistas de los sismos
El IIGEA A.C aprovechó la cercanía y el sismógrafo para lanzarse a Praderas de San Mateo e investigar qué estaba pasando.
Lo hicieron de manera independiente porque no dependen del Sismológico, la UNAM o el gobierno, ya que se trata de una asociación civil —eso sí, desde el IIGEA han pedido a expertos del IPN o la UNAM que investiguen estos eventos en Naucalpan.
Una vez en Praderas de San Mateo, la hoja de ruta del IIGEA A.C fue la instalación del sismógrafo así como los recorridos en casas y cuevas para tomar nota de los daños estructurales.
“Lo primero era instalar el sismógrafo para que pudiéramos tener un registro en papel de los movimientos que están ocurriendo y el sismógrafo nos va a ayudar a saber si son microsismos o alguna explosión como reportan los vecinos. Ellos lo sienten como explosiones”.
Es decir, el sismógrafo detectará si el tipo de movimiento lo está originando una actividad humana —explosiones por construcciones— o la actividad de la Tierra.
Otra de las hipótesis puestas sobre la mesa —aunque esta es súper lejana— es una situación volcánica “que creemos muy poco probable”, puntualizó el director del IIGEA.
El IIGEA también hizo inspecciones visuales de las viviendas que reportaron daños y con estas armaron un mapa de daños, que al mismo tiempo ayudará a determinar si el terreno se está desplazando y desde dónde.
“Los vecinos nos reportan que todos sintieron los eventos pero más en la parte alta, en la parte baja nos mencionan que no los han percibido tanto”, apuntó del Ángel.
Entonces, estas serían las primeras pistas para saber el origen real de estos movimientos.
¿Eso es todo? No. También está la cuestión de Protección Civil. Del Ángel nos contó que documentaron daños serios en las viviendas de la parte baja de Praderas de San Mateo, no tanto como de la parte alta.
“Ruptura de tubería de drenaje y cisterna, pero fuera de eso los daños no son de gravedad. Sin embargo, en la parte baja tenemos más fracturas ya un poco más considerables, aunque no por ello graves, pero sí más importantes que de la parte alta”.
Se pueden ver cuarteaduras en las paredes, daños en bardas y en casas que están en zona de riesgo.
Pero, por lo pronto, todo apuntaría a un desplazamiento de la tierra por una falla geológica ya mapeada o que igual no está reconocida al cien por ciento, según del Ángel.
¿Se trata de la Falla de Acambay? No
En redes trascendió información —supuestamente vía especialistas de Protección Civil— acerca de que la falla de Acambay causaba estos sismos. Sin embargo, ¿realmente es así?
Aprovechamos para preguntarle a Carlos del Ángel y al geólogo Alejandro Méndez sobre este asunto y las respuestas que nos dieron fue un: no, la falla de Acambay no podría ser la causa de los sismos en Naucalpan. ¿Por?
“La falla de Acambay de entrada es imposible que sea el origen”, aseguró el director del IIGEA, al explicar que en este asunto hubo un sesgo de información.
Del Ángel detalló que no se trata de la falla de Acambay porque, entre otras cosas, está a 80 km de distancia y gracias a los estudios que la han mapeado se sabe hasta dónde llega.
Si bien originó un sismo de 7.1 en 1912, que se sintió hasta en CDMX, lo que está viviendo Naucalpan no es por esta falla porque no se extiende más allá de Acambay. Ni siquiera llega a Gustavo Baz.
Una explicación podría estar en la Sierra de las Cruces
A dónde sí podrían apuntar la raíz de estos sismos es a la zona de la Sierra de las Cruces. Aquí la explicación de Carlos del Ángel:
“Es la pequeña sierra o cerros que se alcanzan a ver del lado poniente de CDMX, que comienzan del lado de Villa del Carbón y terminan o colindan con la zona donde está el Ajusco, toda esa zona que es Chalma, hasta ahí termina la zona de las Cruces”.
Esta zona integrada por volcanes extintos de millones de años de antigüedad —donde podemos ubicar lo que fue el volcán la Catedral en Villa del Carbón— podría ser la clave de los microsismos en Naucalpan.
Entre otras cosas, como lo explicó Carlos del Ángel, porque en la Sierra de las Cruces se ha mapeado un sistema de fallas que van desde Santiago Tepatlaxco, Naucalpan, hasta la Presa Madín.
Y podría haber fallas que no han sido mapeadas debido a su cercanía con las zonas urbanas. “La mancha urbana ya no permite estudiar más a fondo”, dijo el director del IIGEA.
Las fallas: un sistema activo
“Tenemos que entender que el Valle de México es activo tanto volcánicamente como tectónicamente.
Tenemos fallas activas, Mixcoac, en la zona de Chapultepec, tercera sección, Naucalpan, toda la Sierra de las Cruces que son estructuras que suben y bajan”, nos explicó Alejandro Méndez, quien nos habló un poco más de por qué en estos años se registran o somos más conscientes de los sismos locales y existencia de fallas geológicas.
“Hemos tenido un repunte local, nadie sabe por qué se detonan (las fallas), puede ser el agua, sismos lejanos, son fallas que han estado activas miles o millones de años en el centro de México y pueden durar décadas o siglos en lo que se reactivan o estabilizan, pueden durar décadas o siglos”.
Además que, como ha sucedido en la zona de Plateros-Mixcoac, sabemos más de los enjambres de sismos porque se trata de zonas habitadas, cuando hace 100 años, por ejemplo, no era así.
“Una cosa es tener un sismo en una zona donde nadie vive y otra donde está poblada como pasó en Mixcoac”, remató el geólogo del IPN Alejandro Méndez.
En cuanto a la Sierra de las Cruces, Méndez detalló una de las fallas mapeadas —la Otomí— en la zona podría ser la causa de los sismos .
Un llamado a las autoridades de Naucalpan
Desde el IIGEA nos contaron que lo ideal es mantener estaciones o sismógrafos intermitentes para monitorear los movimientos en Naucalpan e ir armando una investigación sobre sus causas.
“Necesitamos al menos 3 en esa zona para poder triangular esa información”, precisó Carlos del Ángel.
A eso se suman los estudios de geofísica y los análisis de campo para descartar todas las posibilidades.
“El sismógrafo nos va a hablar de si son explosiones o no, si son sismos o no, o si hay derrumbes subterráneos en la zona de cuevas”.
Lo que les estamos contando son los primeros pasos de la investigación. Además del IIGEA, la Presidencia Municipal de Naucalpan dijo que expertos de la UNAM —de la FES Acatlán— se han sumado a los recorridos en Praderas de San Mateo.
Sin embargo, mientras siguen las investigaciones, para Carlos del Ángel está claro que las autoridades de Naucalpan —Protección Civil sobre todo— tienen que estar en mayor contacto con estas comunidades para evitar mayores riesgos.
“Hay un altas de riesgos de Naucalpan que mapea la zona de Praderas. Más que una recomendación, sería hacer un llamado a las autoridades al riesgo que representa la calle 24 de febrero, calle Cumbre, que prácticamente es una barranca y se ubican a la orilla”, apuntó.
Alejandro Méndez nos comentó, en el mismo tenor, que los reportes de este tipo de movimientos, sismos, microsismos, tendría que ser un indicador para que las autoridades tomen en cuenta y difundan los atlas de riesgo. (Además de mantener una red intermitente de estaciones en Naucalpan)
“Son documentos que se quedan olvidados en el municipio o en una biblioteca digital y lamentablemente nadie consulta. Son documentos a los que la población debe acceder de forma rápida y digerible “.
Se trata de un problema político, de permisos inmobiliarios, ante el crecimiento desmedido de CDMX y el Valle de México que se tiene que controlar porque “poco a poco se van a encontrar esos problemas”, apuntó Méndez.
Lo cierto es que estamos ante una investigación en curso, que nos recuerda a lo que pasó con los sismos en Mixcoac, donde fue hasta que la UNAM hizo un monitoreo de estaciones en la zona para concluir que sí se trataba de sismos y descubrir su causa: la ya famosa falla Plateros-Mixcoac.
En el caso de Naucalpan, si la investigación apunta a una serie de sismos originados por una falla geológica lo que sucedería es que estos microsismos se detendrán en un momento dado.
“Se detienen 3 o 4 años y después viene otro enjambre”, apuntó Alejandro Méndez.