¡N’ombre qué va!… si él y toda su tropa se ve que rodearon al nativo americano para abrazarlo y decirle que creen que Estados Unidos es tierra de diversidad y amor. Por eso portaban su gorrita de “Make America Great Again” y, sobre todo él, se enfrentó al nativo (y veterano de guerra, por cierto) con su sonrisita, de ésas que calan.

¿De qué hablamos? Ah pues de la escena que se hizo viral este fin de semana en la que se ve cómo un joven (ahora identificado como Nick Sandmann) que portaba la gorra de “Make America Great Again” se enfrentó burlonamente a un activista nativo americano que acudió a Washington para realizar un pequeño ritual para honrar la memoria de otros nativos americanos que, como él, participaron en la Guerra de Vietnam.

De acuerdo a la versión de Nathan Phillips (nombre del hombre de 64 años), al acudir al cementerio de Arlington se encontró con un grupo de estudiantes de un colegio católico de Kentucky que participaban en una manifestación antiaborto… y bueno, al verlo a él y a sus tres compañeros, los rodearon para burlarse de sus cánticos.

“Decían ‘construyan el muro’. Estas son tierras indígenas, no debemos tener muros, no los hemos tenido nunca. Espero que los jóvenes pongan sus energías en hacer el país grande de verdad ayudando a quienes pasan hambre”, comentó luego del percance el buen Phillips, mientras se limpiaba las lagrimas que corrían por sus mejillas, nomás de acordarse.

Pero bueno, como en toda historia siempre hay más de una versión, le tocó a Sandmann ofrecer la suya. De acuerdo con el New York Post, el joven argumenta que hay una bola de acusaciones sin fundamento en su contra y, además, ha comenzado a recibir amenazas e insultos en las redes sociales… ah sí, pero todo por haberse malinterpretado el video en que confronta a Phillips:

“Estoy mortificado de que tantas personas hayan llegado a creer algo que no sucedió: que los estudiantes de mi escuela cantaban o actuaban de manera racista hacia los afroamericanos o los nativos americanos. No hice eso, no tengo sentimientos de odio en mi corazón, y no fui testigo de que ninguno de mis compañeros de clase hiciera eso”, agrega Sandmann en email enviado a diversos medios estadounidenses.

Y bueno, ¿tons qué paso? Ahhh, pues era una linda tarde de viernes en Washington. Sandmann y sus compañeros llegaron al Lincoln Memorial alrededor de las 4:30 pm para disfrutar un rato del sol… y de repente, la paz y buena onda del momento fue interrumpida por cuatro manifestantes “afroamericanos” (sí, parece que los vio negros) que comenzaron a insultarlos. “¡Qué pasa, ¿porqué nos ofenden así?”, se cuestionó el grupo de güeritos, queriendo calmar los ánimos del malévolo cuarteto de nativos… pero con sus poderosos tamborcitos callaron cualquier intento de diálogo y… ya no puedo escribir: fue horrible.

Jajaj, Ok. En realidad no pasó mucho de lo escrito en el párrafo anterior. A grandes rasgos, lo que SÍ ocurrió (según Sandmann) es que él y sus compañeros fueron agredidos primero por los manifestantes nativos. “Habíamos asistido a la manifestación “March for Life”, y luego nos dividimos en pequeños grupos para turistear”… y pues nada: sólo por llevar las gorras de “MAGA” los nativos los llamaron “racistas”, “intolerantes” y “muchachos incestuosos”… incluso, agrega, “se burlaron de un estudiante afroamericano de mi escuela al decirle que ‘cosecharíamos sus órganos’. No tengo idea de lo que significa ese insulto, pero fue sorprendente escucharlo”.

Respecto a sus cánticos de “¡Construyan el muro!”, el joven niega que los hayan hecho… bueno sí se echaron uno que otro cántico, pero todos de contenido positivo, “como los que se pueden escuchar en cualquier escuela secundaria (…) No presencié ni escuché a ningún estudiante cantar  ‘¡construir el muro!’ ni nada odioso o racista “, asegura Sandmann. “Las afirmaciones de lo contrario son simplemente falsas. Nuestros cantos eran ruidosos porque queríamos ahogar los comentarios de odio que nos gritaban los manifestantes”.

En fin, el asunto habrá de investigarse ya que la Roman Catholic Diocese of Covington (nombre del colegio en el que estudia este querubín), además de ofrecer una disculpa, advirtió que tomará medidas apropiadas al comportamiento de los jóvenes (o lo que se infiere por lo que se ve en las imágenes), ya que éste “se opone a las enseñanzas de la Iglesia sobre la dignidad y el respeto de la persona humana”.

Sandmann dice estar listo pa’ los trancazos (argumentativos, claro) y siempre “dispuesto a cooperar con cualquier investigación que se realice”.-

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