El nombre de este parrandero empedernido es Camilo Torres, alias “El Fritanga”, quien pertenecía a la banda colombiana “dueña” del golfo de Urabá, una importante salida de droga en Colombia: los Urabeños. Lástima, ahora tendrá que esperar muuucho para la noche de bodas… o limitarla a una visita conyugal.
La historia es simple: “El Fritanga” (derecha en la imagen) un día decidió sentar cabeza y casarse, y para despedirse de su soltería armó tremendo pachangón al que invitó a familiares y amigos… también a una que otra actriz, modelos, gente de la televisión y ¿por qué no?, también a funcionarios del gobierno.
Pero la fiesta no se hizo en un salón de barrio, no, para su celebración el narco con apodo garnachero rentó para él y sus 200 invitados una isla, además de contratar a varios cantantes para amenizar tan especial evento.
El caso es que cuando apenas estaban agarrando vuelo –al octavo día de festejo- la policía cayó para aguar la fiesta y por fin detener al sr. Torres, quien por cierto es solicitado desde 2010 por la justicia de Estados Unidos, misma que ya había perdido esperanzas de ajustar cuentas, ya que en diciembre de ese mismo año pensaron se había pelado… no escapado, muerto.
En fin, lo que ha colocado la atención de varios medios en esta aprehensión no es tanto la peligrosidad del “Fritanga”, sino el hecho de que ha regresado a escena el cercano vínculo narcos-artistas-políticos que a varios colombianos remite a los tiempos del sí conocidísimo narcotraficante Pablo Escobar… además de que la isla que fue rentada por “El Fritanga” para celebrar su boda pertenece al estado colombiano.
¿Pues no que por allá el narco ya estaba aplacado y hasta por eso el asesor en seguridad que quiere traer EPN es colombiano?
Acá el video de la boda…y detención.
