Cuando nos piden que pensemos en algún sitio paradisiaco, uno de los destinos que con frecuencia se nos viene a la mente son las Bahamas, paradisiacas islas caribeñas que son punta de lanza en materia de turismo.
Por aquellas tierras se puede tener turismo de aventura, disfrutar de paisajes naturales sin igual y nadar con cerdos.
Sí, leyeron bien. Nadar con puercos, marranos, cuinos, cerdos o como quieran llamarles. Y ojo, no estamos haciendo referencia a ningún viaje de esos que hacía Elba Esther con los miembros de su sindicato a distintas partes del mundo.
Quizá ustedes, que son muy ‘leídos y escribidos’ ya sabían de esta tendencia de nadar con puercos en las Bahamas, o igual y ya hasta fueron. ¿Se han preguntado a quién se le ocurrió la idea de explotar esto turísticamente?
La costumbre comenzó hace 12 años en la Isla Big Major Cay, también conocida como “la isla de los cerdos”, cuando los cerdos que habitaban en aquella isla se acercaban chapoteando a los yates que surcaban esas aguas.
Al ver la habilidad de estos cerditos para nadar y su carácter amigable, en la Oficina de Turismo de Bahamas vieron un área de oportunidad y comenzaron a promocionar varios tours turísticos a ese archipiélago, en el que se incluía la oportunidad de poder nadar con puerquitos.
Como era de imaginarse, la iniciativa resultó todo un éxito. Aunque de entrada esto nos sonaba algo exótico y raro, cambiamos de opinión en cuanto vimos fotos así:
Quienes han visitado la isla y han nadado con estos curiosos puerquitos, afirman que la experiencia es única. Originalmente los cerditos se acercaban a las embarcaciones para comer cualquier tipo de alimento que les arrojara la gente, ahora, esta relación humano-puerco nos demuestra que estos animalitos son mucho más que un taco de carnitas.
Desde hoy, nadar con puercos queda anotado en mi lista de cosas que debo hacer antes de morir.