Norman Joseph Woodland, uno de los responsables de la creación del código barras, falleció el pasado domingo a la edad de 91 años en su casa en Edgewater, Nueva Jersey.
La historia de Woodland, nacido el 6 de septiembre de 1921 en Atlantic City, se remonta a sus años de estudiante en el Instituto Tecnológico de Drexel (actualmente conocido como la Universidad Drexel) en Filadelfia, donde ingresó luego de haber participado en el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial, como parte de su servicio militar.
Dentro del campus conocería a su compañero Bernard Silver, quien tras la visita a la escuela de un ejecutivo de supermercados en 1948, le propuso a Woodland desarrollar un método para codificar productos. Curiosamente, la idea final provino del único código que Woodland conocía y que había aprendido de niño como Boy Scout: el código Morse. De esta forma, Woodland y Silver decidieron hacer una conversión gráfica del Morse, lo que finalmente derivó en el código de barras.
Imagen extraída del la patente original que mostraba la idea que llevaría al código de barras
Lamentablemente para los jóvenes emprendedores, en ese tiempo su invento dependía de un enorme scanner equipado con una luz de 500 watts, por lo que debido a los problemas para comercializar la tecnología, en 1952 terminaron vendiendo su patente a la empresa Philco por 15 mil dólares.
Sin embargo, el código de barras comenzaría a usarse comercialmente hasta una década más tarde, alcanzando el éxito a mediados de los ochenta. Si bien es cierto que Woodland nunca pudo disfrutar de los frutos de su creación (económicamente hablando), dejó un legado que hoy sigue vigente y por el cual fue reconocido por distintas instituciones durante las últimas dos décadas.
