Actualmente casi dos tercios de las personas que padecen hambre aguda  en el mundo se concentran en ocho países: Afganistán, Etiopía, Nigeria, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen. Así fue revelado en el Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias 2019 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

Desafortunadamente aproximadamente 113 millones de personas de 53 países experimentaron inseguridad alimentaria aguda durante el año pasado.

¿A qué se refiere esto? 

Esto quiere decir que más de 100 millones de personas en el mundo durante 2018 fueron incapaces de consumir alimentos adecuados, por lo que pusieron en peligro inmediato su vida o los medios por los que subsisten.

La situación va muy mal

A pesar de que el año pasado el número de personas que padecieron hambre extrema disminuyó en comparación con el 2017, estamos hablando de que es el tercer año en que la crisis alimentaria se sitúa por encima de los 100 millones.

Peor tantito, se registraron altos niveles de desnutrición aguda en los niños que viven en situaciones de emergencia. Y puede ser mucho peor.

Los 113 millones de personas mencionados anteriormente son aquellos que ya se encuentran en condiciones de hambre extrema, sin embargo, otros 142 millones están a nada de llegar a ese nivel.

Por lo tanto, el informe concluye que en 2018, 821 millones de personas sufrieron de hambre crónica.

A esta situación, hay que agregarle que los desastres climáticos y naturales provocan situaciones de emergencia. Por ejemplo, el año pasado estas situaciones dejaron a 29 millones de personas en inseguridad alimentaria en todo el mundo.

Pero ¿cómo se encuentra América Latina frente al mundo? 

De acuerdo con la ONU, solo un 4% de las personas que padecen hambre aguda se encuentran en Latinoamérica, es decir unos 4.2 millones.

Sin embargo, hay 5.6 millones en 7 países que han avanzado a la fase 2 de la inseguridad alimentaria, lo que significa que en sus hogares tienen un consumo mínimo de comida, por lo que no pueden asumir otros gastos sin poner su alimentación en peligro.

Foto: Getty Images

De ese total de personas, más de la mitad se encuentran en Haití, al menos 1.6 millones están en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

El resto se trata de migrantes y refugiados venezolanos que han migrado por toda América del Sur. No se incluyen cifras de Venezuela porque simplemente no hay datos disponibles.

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