Luego de que Malaysia Airlines informara ayer que su avión MH370 se estrelló en el Océano Índico, continúan surgiendo historias relacionadas a la desaparición de esta aeronave. Una de ellas, la de la patente que heredó un multimillonario británico.
¡¿Cómo?!
Trataremos de explicarlo, Peidong Wang, Zhijun Chen, Zhijong Cheng y Li Ying eran cuatro empleados oriundos de Suzhou, que compartían la patente de unos semiconductores en la empresa Freescale Semiconductor, que tiene su sede en Austin, Texas. Cada uno de ellos poseía el 20% de la patente, y el titular del 20% restante era la propia empresa.
Para su mala suerte, los cuatro empleados chinos abordaron el vuelo MH370 y desaparecieron. Cuatro días después su semiconductor fue aprobado por la oficina de patentes en Estados Unidos.
De acuerdo a lo estipulado, si alguno de los titulares de la patente muere, el resto de los socios la compartirán de forma equivalente si es que ésta no se disputa en un testamento. Si cuatro de los cinco titulares muere, entonces el socio que queda con vida se queda al 100% con la patente. En este caso, tras confirmarse la penosa muerte de todos los pasajeros del vuelo de Malaysia Airlines, el único de los titulares de la patente que quedó fue la empresa Freescale Semiconductor.
¿Y entonces el dinero es para…?
Pues para Jacob Rothschild, un famoso multimillonario inglés que es dueño de Blackstone, empresa que a su vez es propietaria de Freescale Semiconductor. Este hombre forma parte de Los Rothschild, una dinastía de origen judeoalemán formada por banqueros y financistas internacionales. En dichos ámbitos, esta familia es de las más influyentes del siglo XIX.
¿Dinero llama dinero?
Obviamente este asunto del accidente y de la patente ya comenzó a provocar todo tipo de especulaciones en la red, y el surgimiento de teorías de la conspiración. ¿Ustedes cómo ven todo esto, hubo chanchullo o todo fue una mala casualidad para los socios chinos?