El sacrílego barista que se aventó la satánica puntada no contó con que su clienta era católica.
Una fervorosa profesora de Lousiana no dejó de mostrar su molestia cuando en una cafetería Starbucks recibió sus bebidas con demoniacas simbologías hechas a base de jarabe de caramelo. Para incrementar la furia de la bebedora de cafeína, el incidente ocurrió el domingo, día del Señor.
Indignada por tener que beberse un café con el número de la Bestia, el 666, además de recibir otro decorado con un pentagrama, Megan K. Pinion –nombre de la cliente- expresó su disgusto ante las máximas esferas… terrenales: la cuenta Facebook de Starbucks.
“Por desgracia no puedo dar el nombre de quien me lo sirvió, porque estaba tan horrorizada que no me atreví a mirarlo (…) la estrella está bien, porque es su logo, pero el 666, es un poco ofensivo. No puedo juzgar sus creencias o desmerecer su bella obra de arte, sin embargo estoy juzgando su profesionalismo y respeto a los demás”, señaló la profesora.
Al conocer del incidente, el portavoz de la cadena de cafeterías, Tom Kuhn, expresó sus disculpas: “la buscamos a través de las redes sociales y nos disculpamos. Estamos tomando en serio la denuncia”.
No es para menos, como señaló la señora Pinion “soy profesora en una escuela pública y si presentara a un niño ateo o de creencias paganas un proyecto artístico cristiano, sería demandada en un santiamén (…) Por fortuna tengo el suficiente sentido común y sigo un código de ética.
Debido a este incidente, Kuhn fue cuestionado si habría la posibilidad de cambiar las políticas de Starbucks en cuanto al arte en la espuma de sus bebidas: “no lo sé, supongo que se podría”.
“Éste no es el tipo de experiencia que queremos proveer a nuestros clientes, y tampoco representa la atención que ofrecemos a nuestros millones de clientes todos los días”, añadió el portavoz.
Hasta el momento no se sabe cuál será el castigo del barista que se aventó la satánica broma, esto debido a que la empresa no brinda detalles de sus políticas… pero de menos un rosario se tendrá que echar si logra conservar la chamba.