A escasas semanas de cumplir 101 años, Ruby Holt conoció el mar.
Ruby pasó la mayoría de su vida en una granja en Tennessee recolectando algodón y nunca tuvo tiempo ni dinero para ir a la playa.
La fundación Wish of a Lifetime, que se dedica a cumplir los deseos de gente de edad avanzada, le pagó el viaje al Golfo de México para que tuviera la experiencia de caminar por la playa y sentir el paso de las olas en sus pies por primera vez.
“He escuchado a personas hablar de lo maravilloso que es y me gustaría verlo, pero nunca he tenido la oportunidad de hacerlo”.
Holt fue trasladada con una silla de ruedas motorizada con llantas especiales para moverse en la arena y asistida por dos personas para que sus pies pudieran tocar el mar.
Ya pueden derramar una lagrimita alegre.