“Es un tema tabú. Muchas personas no quieren hablar de las muertes gestacionales o perinatales porque es algo doloroso. Pero la realidad es que muchas mamás y familias quieren compartir su experiencia, todo es parte de la manera de afrontar el duelo. Necesitamos hablar de ello para poder ofrecer ayuda”, nos explica Marion Arrioja, activista y principal impulsora de la iniciativa Ley Cunas Vacías que está a punto de ver la luz en la Cámara de Senadores.
Y es que así como ella lo menciona, hay muchísimos tabúes sobre lo que pasa cuando un feto o un bebé recién nacido muere ¿cómo se atraviesa el duelo? ¿qué se puede hacer para sobrellevar esta muerte de una manera sana?
Lo principal: el duelo
Cuando alguien pierde a un ser querido, termina una relación, cambia algo de su vida, etc. se enfrenta a un duelo. El duelo, entonces, son una serie de fases en un periodo de tiempo que se produce tras una pérdida, ausencia, muerte, abandono, etc.
Los padres cuyos bebés mueren, e incluso las familias, deben pasar por un periodo de duelo que, de preferencia, debe estar acompañado por profesional para que transcurra de manera sana y no tenga repercusiones graves a largo plazo.
Para entender un poco de lo que ocurre en estos casos en Sopitas.com nos echamos un cafesito con Pedro Jaspeado Ambrosio, quien es psicoterapeuta psicodinámico
Algo de lo que hay que entender, primero, es que el duelo no es el mismo para todas las personas y no es un proceso lineal. Hay muchos factores que determinarán el tránsito de una persona por el duelo, como por ejemplo el entorno social, la estructura de personalidad, el desarrollo emocional que tiene la persona que está en duelo, etc.
Si todos los factores anteriores juegan a favor de la persona en duelo, entonces podrá pasar por el proceso de una forma sana y llevadera. Porque ese es otro asunto, no es que una vez que pasamos por las fases de duelo ya es una cuestión superada y olvidada y ya no va a doler.
El duelo no es lineal ni tiene un instructivo ¿cómo se le hace para atravesarlo de la mejor manera? No hay una fórmula, todo depende de la persona, de su entorno y del acompañamiento que encuentre.
Es por eso que es fundamental que a las familias que atraviesan por este tipo de pérdida se les brinde un apoyo integral, una guía de hacia dónde caminar.
“Para empezar es un tabú el hecho de decir no estoy bien, estoy viviendo una pérdida, me estoy sintiendo mal. O sea cuando alguien te dice ‘me siento mal’ le dices ‘échale ganas’. Es quitarte esta responsabilidad de escuchar el dolor del otro y poniéndolo en sus manos como ‘ah pues es tu dolor, tu resuélvelo y ponte a resolverlo rápido’ porque lo que se espera de ti es que tengas una funcionalidad. Entonces pues realmente no sabemos cómo lidiar con el dolor de otros por eso es muy importante la atención y evaluación de un especialista“, nos explica el experto.
En el caso específico de un bebé que muere en el vientre, después de nacer o durante los primeros días de nacido, el trauma para la madre podría ser mucho más duro por lo que implica el embarazo y el parto.
Aunque Jaspeado nos explica que no podemos generalizar que todas las mamás o personas gestantes tienen un duelo intenso por la pérdida de un bebé, sí hay ciertos factores que podrían propiciar que así ocurra.
Desde antes del momento del parto la mamá o la persona gestante crea ideales y una carga psíquica sobre esos ideales respecto al bebé. Toda esta carga psíquica crea un lazo y un vínculo que va a ser necesario para la supervivencia de ambos.
“Cuando el bebé nace se liberan una serie de sustancias a nivel neurológico muy importantes que asegurarán que la madre pueda vivir un evento traumático como es el parto y que también fomentarán el lazo mamá-bebé”, nos explica.
Cuando un bebé nace, está en una simbiosis madre-hijo que construirá el primer tipo de apego que garantiza la supervivencia de ese bebé, pero también de todos los mamíferos.
Entonces, podría considerarse que romper ese primer vínculo podría ser mucho más traumático o más impactante frente a otro tipo de duelo. Pero de nuevo, esto no es una fórmula, cada persona enfrenta el duelo a su manera.
Incluso el duelo para mamá o para la persona gestante no es el mismo que para papá o para la pareja. Ni es el mismo para la familia.
Es a partir del acercamiento y acompañamiento con un profesional que se pueden crear e implementar estrategias para sobrellevar el duelo de una manera sana. Acá retomamos lo que nos comentaba Estefanía Rodríguez, asesora en lactancia: algunas mamás querrán donar su leche como parte de su duelo, otras necesitarán suprimir la lactancia porque así es mejor para ellas.
Todas las decisiones com acompañamiento y con información sobre la mesa.
La culpa
Otro asunto que debe ser tratado, de nuevo de la mano de un especialista, es la culpa. Es muy común que tras la pérdida de un bebé la madre o la persona gestante piense que es su culpa por no cuidarse, por no mantenerse en reposo, por no tomarse ciertas vitaminas, etc.
Y el sentimiento para la pareja o papá es similar, aunque con circunstancias distintas.
La idea, como nos explica el psicoanalista Jaspeado, es evaluar la situación completa de la mujer o persona en cuestión y crear el mejor camino para sobrellevar el duelo, para elaborar el duelo y para tener herramientas que permitan a la persona continuar con su vida.
Ojo ahí: el duelo no es lineal, pasar por este proceso no significa olvidar, si alguno de los padres se siente bien en cualquier etapa no significa que sean malas personas, seguir adelante no significa abandonar un recuerdo, querer/o no querer hablar de ello no define la cantidad de amor, los rituales de duelo no son los mismos para todas las personas y deben respetarse.
Es importantísimo pasar por este camino con acompañamiento porque lo que deriva de este evento traumático sí puede traer consecuencias graves a largo plazo que no solo se van a reflejar en la recuperación física, sino en otras cuestiones como depresión.
Una de las propuestas de Ley Cunas Vacías, que está a punto de ver la luz en la Cámara de Senadores, es justamente que a las familias se les brinde atención integral, lo que implica atención psicológica.
En el duelo no hay fórmulas, no hay manuales, no hay instructivos, ni calendarios y muchos menos generalizaciones. Eso lleva a otra pregunta ¿hay incapacidad laboral en caso de la muerte de un bebé? y si la hay ¿es suficiente?