El camino hacia la tolerancia ha sido largo y lleno de obstáculos, a pesar de que aún nos falta un largo camino por recorrer, no podemos negar que hemos avanzado mucho como sociedad. Uno de los grupos más afectados por la intolerancia es sin duda el de los homosexuales, quienes han sufrido (y siguen sufriendo) de discriminación por todos los ámbitos sociales (religión y política) y hasta hace 42 años aún se le consideraba como una enfermedad mental.
Es por eso que no entristece informarles la muerte de Robert Spitzer, psiquiatra alemán que desmintió que la homosexualidad fuera un trastorno mental. Quién murió este viernes por un paro cardiaco a los 83 años.
Spitzer, es considerado como el padre de la clasificación moderna de las enfermedades mentales, ya que jugó un papel fundamental en el desarrollo del Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales.
Tras su investigación, Spitzer determinó que la homosexualidad no era una enfermedad, a menos que esto causara una angustia en la persona, lo cual también se aplica en las personas heterosexuales. Así en 1973 Spitzer logró un acuerdo mediante el cual el diagnóstico fue reemplazado por “Perturbación de la orientación sexual”, para describir a las personas cuya orientación sexual, les causara angustia o malestar.
“Un transtorno médico debe estar asociado a angustia subjetiva, sufrimiento o discapacidad de la función social”
De lo único que el Sr. Spitzer se ha arrepentido, fue de formar parte en un estudio en el año 2001, el cual pretendía apoyar la terapia para “convertir a los gays en heterosexuales”. Diez años más tarde pidió disculpas, asegurando que esto era lo único que lamentaba en su carrera.