Esta es una nota que no quisiéramos escribir, pues nos deja cierto sentimiento de tristeza. El día de ayer fue encontrado muerto en su corral el “Solitario Jorge”, último sobreviviente de la subespecie Chelonoidis Abingdoni, de las tortugas gigantes que dan nombre a las Islas Galápagos de Ecuador.
En un comunicado emitido por la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), se señala que Fausto Llerena, uno de los encargados de cuidar a “Solitario Jorge” descubrió por la mañana que la tortuga no se movía. Al revisarlo comprobó que carecía de signos vitales.
“El cuerpo del quelonio estaba en una posición como si se hubiera estado dirigiendo al bebedero de agua”, se detalla en el comunicado, en donde además se afirma que las causas de la muerte se conocerán después de una necropsia respectiva.
La historia de “Solitario Jorge” comienza cuando fue hallada en la Isla Pinta, la más septentrional de los Galápagos en 1972. El descubrimiento lo hicieron un grupo de cazadores enviados a la isla con la misión de erradicar a las cabras que anteriormente fueron introducidas por el hombre a la isla, y provocaron una alteración en el habitar del lugar, que puso a las tortugas gigantes de la isla al borde de la extinción.
Como siempre, el hombre tomando decisiones brillantes.
Desde ese momento “Jorge” o “George”, como se le llamaba cariñosamente, formó parte de un programa de crianza en cautiverio. Se le intentó reproducir con hembras de una especie proveniente del volcán Wolf, de la isla Isabela, con las cual se apareó tras 15 años de conveniencia pero ningún huevo resultó fértil. Después fueron introducidas en su corral hembras de la especie de la Isla Española, genéticamente más cercana a ‘Jorge’, pero con ninguna pudo procrear.
Hasta eso ‘ni tan solitario’, vivió rodeado de muchachonas tortugas que le alegraron la vida.
Si bien se desconocía la edad exacta de este ejemplar, se sabía que rebasaba los 100 años de longevidad. Y aunque no lo crean, se consideraba un espécimen joven, pues los miembros de esta especie podían alcanzar fácilmente los 200 años.
Para que algo así no vuelva a pasar, Edwin Naula el director del DPNG anunció que el próximo mes se realizará un taller internacional con el objetivo de elaborar una estrategia para reestructurar el manejo de las poblaciones de tortugas durante los próximos diez años.
“El taller se llevará a cabo en honor del ‘Solitario George, su legado será un mayor esfuerzo en investigación y gestión para restaurar la isla Pinta y todas las otras poblaciones de tortugas gigantes de Galápagos”, mencionó.
Aunque nos lo enseñaron en primaria y secundaria, no está de más recordar que el nombre de las Islas Galápagos proviene de las tortugas gigantes que las habitan. Por cierto, esa región es rica en biodiversidad terrestre y marina, y fue donde Charles Darwin elaboró su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies. Este archipiélago se ubica aproximadamente a mil kilómetros de las costas ecuatorianas y en 1978 se le declaró Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
Descansa en paz “Solitario Jorge”, ojalá sea la última vez que reportemos la extinción de una tortuga.