Por causa de conflictos en la cárcel de Veracruz varios reos considerados “peligrosos” –la mayoría miembros de cárteles- fueron trasladados a Chetumal. El remedio no parece ser tan bueno: “El Diablo” ha llegado a querer manejar el penal, señalan funcionarios.
El castigo aplicado a uno de los líderes de los presos en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Chetumal, desató un motín en el que estuvieron implicados 300 presos, los cuales retuvieron al director del penal, Joel Flores Cardozo. Tras cerca de tres horas de choque, al filo de las 8 de la noche, la rebelión fue controlada.
“Al parecer el motín se debió a un malentendido con el interno Heriberto Campos Martínez “El Diablo”, de quien se dijo que tenía droga y se le retuvo, pero después de una revisión no le encontraron nada, lo que provocó que la gente se enardeciera”, informó en conferencia de prensa el procurador Gaspar García Torres . “La trifulca se generó porque se envió al área de castigo a Campos Martínez”.
Para controlar el motín se contó con la presencia de elementos del Ejército y Armada, quienes apoyaron las labores de la Policía Estatal Preventiva. En el sometimiento de los presos se usó gases lacrimógenos; pese a lo aparatoso del incidente, sólo se reportaron cuatro internos y tres custodios con heridas.
Heriberto Campos Martínez “El Diablo”, es señalado como jefe del Cártel del Golfo en la zona de Quintana Roo. Actualmente se encuentra bajo proceso, acusado del asesinato de siete personas, aunque se le liga a por lo menos 20 ejecuciones, así como tráfico ilegal de personas. Apenas el 10 de marzo, debido a su alta peligrosidad, “El Diablo” fue trasladado al Cereso de Chetumal.
Las autoridades aseguran que el incidente en el que participaron 300 de los mil 100 reos que conforman la población de reos en el mencionado Cereso, ya fue controlado en su totalidad, “tanto que mañana (hoy) la visita dominical será normal”.
