Lo veo cuando voy camino al trabajo. Cuando me subo al metro: en el vagón, en los transbordos. En el costado de un camión. Lo escucho en la radio. En los espectaculares veo su cara. En la televisión, en el internet. Creo que ya hasta en mis pesadillas: la última semana he visto más el rostro de Rafael Moreno Valle que el de cualquier miembro de mi familia.
Y no importa hacia dónde me mueva o me dirija, cual antiguo adagio de película de terror, es inútil correr o tratar de esconderse. ‘El nuevo presidenciable’, es la leyenda que se posiciona debajo de su nombre en el más reciente número de la revista Líderes Mexicanos. Un fondo solemne y los colores blanco y azul que resaltan en una postal con rumbo a 2018.
Es el actual Gobernador de Puebla y el pasado 22 de septiembre se destapó —oficialmente— como uno de los contendientes del PAN con miras a las elecciones presidenciales y desde entonces hemos tenido que fumarnos su rostro en cualquier rumbo al que vayamos. Rafael Moreno Valle volvió en forma de fichas… y relojes y anuncios y revistas.
mientras en Puebla los feminicidios van a la alza, Moreno Valle anda con todo en campaña, de dónde salió el para estos @AleMondras pic.twitter.com/G7b1DqCZX0
— Marisol Calva (@Marisol_Calva) 20 de octubre de 2016
Apenas basta con googlear su nombre para saber algo de Moreno Valle que no se enlista en su portada:
En su gestión se han perpetrado al menos 72 feminicidios, fue promotor de la #LeyBala y dio luz verde a la demolición de la Casa del Torno. Ah, y claro, perteneció a las filas del PRI antes de su ingreso al partido con el que ganaría la gubernatura.
Su rostro ha aparecido en las calles y los cielos de estados como Guanajuato, Sonora, Quintana Roo, Veracruz, Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Jalisco, Aguascalientes y Michoacán. Lo que nos hace preguntarnos, ¿quién está pagando toda esta campaña por la cual el Instituto Nacional Electoral persigue a Moreno Valle? Incluso ordenando al mandatario suspender su propaganda en radio.
Vayamos por partes: ¿no les resulta extraño que la revista Líderes Mexicanos no haya desplegado una campaña siquiera cercana a las dimensiones del número de Moreno Valle cuando presentó su edición sobre los 300 líderes más influyentes de México? Es decir, que la publicación no le dio el mismo tratamiento a su versión insignia.
El INE ha sancionado —anteriormente— en al menos dos ocasiones al mandatario por promover su imagen fuera del estado que gobierna. Apenas el pasado mes de enero ordenó que su imagen fuera retirada de de la revista Vértigo, de espectaculares, y anuncios de televisión en al menos 12 entidades del país.
Más importante aún: ¿Con qué dinero se están financiando estas campañas? ¿Cuánto le está costando —en caso de que la publicidad sea pagada con recursos públicos— a los poblanos?
¿Y cómo reforzar su imagen presidencial sin una visita de Estado? Moreno Valle se dirigió el pasado 29 de octubre a Colombia —en una supuesta reunión de trabajo— para hablar con el presidente Enrique Peña Nieto… aunque ya de pasadita seguro le echó un ojo a los protocolos para las visitas internacionales.
El político del PAN había estado unos días antes en Honduras, donde se reunió con el presidente del país centroamericano, Juan Orlando Hernández, para firmar una declaración de gracias (¿¿¿???).
¿Ustedes, también han tenido que chutarse a Moreno Valle diario en sus ciudades?
¿Lo han visto más que a sus mamás? Mándenos sus fotografías de la propaganda del ‘nuevo presidenciable’ a @sopitas. Especifiquen el lugar donde se la encontraron: veamos en cuántas ciudades ocurre el mismo fenómeno.