Si te has preguntado por qué las tortillas ya no te saben igual, puede ser que el maíz utilizado en su elaboración provenga de las “avanzadas” técnicas que la empresa productora Monsanto utiliza… en pocas palabras, experimentación genética con los alimentos.
México es reconocido por la diversidad de su maíz, sin embargo eso podría pronto terminar dado las apresuradas concesiones que el gobierno ha dado a empresas extranjeras para sembrar transgénicos en grandes regiones del país. Esta vez, cerca de mil hectáreas del norte de Tamaulipas han sido otorgadas en permiso a la corporación agroquímica transnacional Monsanto.
“El gobierno de Felipe Calderón está apresurado en emitir los permisos para la siembra de transgénicos (…) despreciando la opinión de científicos, ambientalistas, campesinos, promotores de derechos humanos y hasta la del relator especial sobre el derecho a la alimentación de la ONU, Olivier De Schutter, quien en junio del año pasado dijo que la introducción de semillas transgénicas tal vez no sea lo mejor para el país”, señala Adelita San Vicente, miembro de la organización Semillas de Vida.
Y es que en realidad no habría necesidad para que empresas extranjeras cultivarán en nuestro país con su tecnología, ya que se ha comprobado que la utilización de semillas transgénicas no ofrece beneficios económicos y mucho menos para el consumo humano, esto de acuerdo a la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS).
Según Greeenpeace, se ha demostrado que el cultivo de maíz transgénico imposibilita que otras variedades órganicas y convencionales coexistan, sin embargo esto no ha sido obstáculo para que el campo mexicano sea un gran negocio para la industria. Varios países del mundo –sobre todo en Europa- han prohibido el cultivo de transgénicos.