Por Democracia Deliberada

Seguramente has leído o escuchado que los derechos humanos sirven para proteger criminales. En realidad, ése es un mito que ha surgido de quienes creen o quieren que el gobierno pueda abusar de la integridad física de los ciudadanos ordinarios.

Sin duda las personas que cometen delitos dañan a la sociedad y se debe hacer algo al respecto, pero es un mito que haya un conflicto entre los derechos humanos y la persecución de los delitos.

Antes de las razones de por qué es un mito, hay que explicar qué es un derecho humano. Un derecho humano es una forma que tenemos para protegernos del Estado y de personas a fin de que no nos puedan dañar en asuntos fundamentales. De por medio va nuestra vida, nuestra libertad o seguridad. Por ejemplo, un derecho humano es que no nos puedan esclavizar o que nos traten de manera degradante con golpes u otras formas de humillación.

Pero, además, un derecho humano es una garantía de cosas mínimas que necesitamos para vivir, por ejemplo, el derecho a formar una familia o al trabajo que nos permita una vida digna. En este enlace podrás leer los primeros 30 derechos humanos fundamentales reconocidos por todos los países.

En nuestro país, personas como Isabel Miranda de Wallace, quien se ha mostrado en contra de las declaraciones de los relatores especiales de las Naciones Unidas sobre las prácticas generalizadas de tortura en México ha señalado que los derechos humanos de los criminales son usados para que no se haga justicia o con otros fines.

Algunas personas podrían pensar que esto es cierto porque, a su parecer, éstos estorban para meter personas a prisión por cometer delitos. Cabría decir que al hacer esto, estas personas atacan dos derechos humanos fundamentales: el derecho a un juicio justo y a no ser sometido a tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

¿Por qué es un mito que los derechos humanos impiden perseguir delincuentes?

Aquí te presentamos cinco razones:

  • Primera, porque nadie es un criminal hasta que después de un juicio imparcial se compruebe que cometió un delito. Esto se conoce como presunción de inocencia, y para que se compruebe que alguien cometió un delito se requiere que las evidencias demuestren, sin que haya dudas, que esa persona lo cometió. Para eso requiere que las pruebas sean muy sólidas y que sean bien presentadas de parte de quien acusa (el ministerio público), con el fin de que el juez decida si alguien es culpable. En lo que se presentan las pruebas todo debe seguir pasos que garanticen que quien sea acusado pueda defenderse. Eso se conoce como debido proceso.
  • Segunda, porque las personas que son liberadas por violaciones de sus derechos humanos, después de ser acusadas de un delito, suelen ser inculpadas con evidencias mal presentadas o porque no se les permitió defenderse. Por eso, en algunos casos famosos en los medios se dice que el debido proceso o la presunción de inocencia libera personas que quizás cometieron un delito. Pero esto no se debe a que los derechos humanos protegen a los delincuentes, sino a que no había pruebas, o fueron presentadas mal, o el juez no les hizo caso (como el caso del Juez Porky, que pueden leer aquí). Esto es culpa de los ministerios públicos, jueces o policías que no hacen bien su trabajo, no de los derechos humanos.
  • Tercera, porque alguien puede mentir cuando acusa a otra persona de cometer un delito. Eso pasó en el documental “Presunto Culpable”, donde una persona terminó en la cárcel porque alguien lo acusó de un delito, aunque no había más pruebas que la acusación. En el documental podrás ver que quien acusó a esta persona mintió en su acusación. Aunque las víctimas casi siempre dicen la verdad cuando acusan a alguien, se necesita que haya más pruebas y eso es responsabilidad de los ministerios públicos, no del juez ni de las víctimas.
  • Cuarta, porque alguien puede ser torturado hasta que se inculpe a sí misma. Usualmente los jueces ya no necesitan más pruebas cuando alguien confiesa que cometió un delito, pero muchas veces hay personas que confiesan un delito porque son torturados. Incluso, si en serio cometieron el delito, dado que alguien fue torturado, no se puede presumir que la confesión se hizo en libertad y, por lo tanto, que es auténtica y creíble. Esto es lo que dice la ONU al afirmar que la tortura en México es una forma cotidiana para obtener confesiones.
  • Quinta, porque violar la presunción de inocencia y torturar también son delitos. Por eso, garantizar que esos derechos se cumplan evita que nos convirtamos en víctimas y que al mismo tiempo haya seguridad de que quien cometió un delito sea condenado en un juicio justo. Además de que es lo correcto, si no queremos que algunas personas que cometieron delitos salgan en libertad, lo mejor es exigir que la tortura no sea un método para investigar, que los ministerios públicos presenten bien los casos y que los jueces juzguen de manera correcta de acuerdo a lo mejor de sus capacidades.

Por estas razones, y muchas más, si queremos que aquellos que cometieron delitos sean juzgados y que la sociedad los sancione para que no vuelvan a dañar a la sociedad, es necesario que ministerios públicos, policías y jueces respeten los derechos humanos. Ese ha sido el propósito de la reforma del sistema de justicia penal que ha promovido que los juicios sean orales, grabados, con la presencia de un juez y que haya un estándar de pruebas que evite que personas inocentes terminen años en la cárcel. Esto es fundamental, sobre todo para que los más pobres puedan defenderse, ya que ellos suelen ser quienes terminan en las cárceles, sin que se sepa si cometieron un delito.

Si algunos piensan que se necesitaría violar derechos humanos para garantizar seguridad y paz, cometen un error. El gobierno es el representante de todos, cuando éste viola derechos humanos nos hace cómplices de un delito, haciéndonos a todos corresponsables, a menos que digamos que no estamos de acuerdo.

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