Las protestas comenzaron el fin de semana en las principales ciudades del Brasil y son en contra de los aumentos que ha habido a los pasajes del transporte público.
En Rio de Janeiro ya han sido detenidas más de 30 personas y ha habido enfrentamientos entre los ciudadanos y los elementos de seguridad brasileños. Para hoy se tiene preparados una nueva protesta en el centro de la ciudad.
Las autoridades locales han condenado las acciones violentas contra el patrimonio público. La presidenta Dilma Rousseff se ha mostrado preocupada por las protestas, pero también por la economía que ya le ha costado una baja de ocho puntos en su popularidad (que hasta ahora ha sido alta).
En Florianopolis los autobuses públicos se han paralizado y cerca de medio millón de ciudadanos se ha quedado sin transporte colectivo. Además en la ciudad de Natal, los estudiantes han obligado a las autoridades a rebajar las tarifas del transporte.
Las manifestaciones se han reprimido con pelotas de goma y gases lacrimógenos y tanto en Sao Paulo como en de Río de Janeiro han sido detenidas temporalmente decenas de personas
Los precios del transporte en Brasil son muy altos en relación con el sueldo base de los trabajadores. El boleto sencillo en Sao Paulo cuesta 3.20 reales (alrededor de 20 pesos) y permite un máximo de 4 trayectos en tres horas. Esto en la ciudad más grande de América nosotros somos la más poblada) y la única ciudad menos planificada que la Ciudad de México, eso quiere decir que cualquier trayecto podría durar más de una hora, es decir, no valdría para nada pagar cuatro viajes de los cuales tres no se usarán. Ahora, como naturalmente la gente debe regresar a su casa, el precio se multiplica por dos.
Pero como Brasil no es un país que acostumbre las manifestaciones, la clase media aplaude que las autoridades repriman a los manifestantes ya que les produce mucho tráfico (¡Dios! ¡Pobrecitos!).
En Sao Paulo, a los más de 5 mil manifestantes las autoridades los han calificado de «vándalos» y alas manifestaciones las llamaron «clima de guerra».
Fernando Haddad, el alcalde de dicha ciudad, expresó:
«[Son] personas que no se conforman con el estado democrático de Derecho, pasaron a adoptar la provocación, la intimidación, la agresión y la destrucción»
Para el Movimiento Passe Livre (el cual se dice apartidista), la confrontación fue el resultado de la «excesiva violencia de la policía».
Dato importante, se acercan las elecciones, y esto puede servirle tanto al partido de Lula como al opositor, al de de Lula (PT) para ganarse la confianza del movimiento ya que cada vez tiene una mayor fuerza política; mientras que el partido opositor (PSDB), el cual ya ha estado gobernando por más de una década al mayor estado del país (cuya capital es Sao Paulo), puede ganarse a la clase media por la dureza con la que tratado a los manifestantes.