No sólo en la frontera de México con Estados Unidos existen problemas por el paso de los migrantes, en Europa, ante la crisis de los refugiados, algunos países han intentado responder con medidas de contención o protección, pero otros prefieren cortar de tajo la entrada de la migración ilegal, como es el caso de Hungría.
Por ejemplo, este día el gobierno de Hungría volvió a insistir en el tema de la migración ilegal y presentó un polémico proyecto de ley que pretende castigar —hasta con un año de cárcel— a las personas que ayuden a los ilegales.
Csaba Dömötör, secretario de Estado de Gobernación de ese país, definió el proyecto como un escudo “político” ante la Unión Europea.
La urgencia de su aprobación está ligada a los encuentros que Hungría tendrá en Bruselas, con el objetivo de “blindar” a este país ante los protocolos y la responsabilidad del paso de migrantes en su tierra.
De acuerdo con la propuesta, existen distintas acciones que deberán eliminarse:
- La ayuda en la solicitud de asilo a una persona que no es perseguida.
- La residencia de un migrante que entró a este país de manera irregular.
Según las autoridades húngaras, esto podría costarle a un ciudadano húngaro entre cinco y 90 días de detención.
Otro caso al que apunta es al financiamiento de las estancias de ilegales.
¿Por qué el rechazo a los migrantes?
Ya en 2015, el gobierno de Hungría rechazó las cuotas de reparto de refugiados en la Unión Europea. ¿La razón? En aquel momento, las autoridades argumentaban que era imposible integrarlos al país.
Con la consigna de “oponerse con todas su fuerzas“, Hungría intentó darle la espalda al acuerdo en Bruselas con la repartición de los migrantes refugiados tanto en su país como en Eslovaquia, Rumania o República Checa.
Una vez definida su posición, Hungría llevó a cabo su plan de contención de manera preocupante, pues el tiempo avanzó y en 2017 la comunidad internacional criticó los campamentos —formados por contenedores a lo largo de su frontera con Serbia— para detener a los migrantes hasta que estos recibieran una respuesta positiva en sus solicitudes de asilo.
Estos contenedores y las medidas fueron señaladas como un “trato inhumano”, pero el tiempo continúa avanzando y, al parecer ni al primer ministro, Viktor Orbán, ni al presidente, János Áder, les importa ceder ante las condiciones de los migrantes y los acuerdos con la Unión Europea.
El paso de los migrantes
El tema de la crisis de refugiados y el paso de los migrantes se ha convertido en uno de los temas más preocupantes para Europa, mientras miles de personas —en 2017 arribaron cerca de 204,300 migrantes, de acuerdo con Frontex— huyen de sus países en guerra o conflicto.
Vale recordar que, además de protestar contra las medidas de Bruselas, Hungría también cuenta con una población un tanto escéptica ante estas políticas. Como muestra, el caso de la camarógrafa y reportera Petra László, quien en 2015 fue conocida por el mundo al ser captada poniéndole una zancadilla a un migrante que llevaba a un niño en sus brazos, durante una cobertura en Röszke —ubicada en la frontera de Hungría y en la que se estableció un campamento para migrantes—.
Por lo pronto, Alemania pidió a Hungría que antes de dar luz verde a esta propuesta de ley, espere el dictamen de la Comisión de Venecia —un órgano de la Unión Europea que se ocupa de los derechos humanos y la democracia—.
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Sin embargo, los húngaros llevan prisa y se perfilan para debatir este proyecto la próxima semana, con miras a dejar de ser la puerta de entrada a Europa para los migrantes ilegales.
**Foto de portada: Getty Images.