Ahora que se hace más evidente la ineficacia de toda institución gubernamental y la comunidad nacional e internacional ya se cansó del “espérenme tantito” en que se ha convertido la respuesta sobre el paradero de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, el presidente, Enrique Peña Nieto, hizo lo suyo y… mejor se dedicó a hablar de lo buena onda que es el país que supuestamente gobierna.
Como es bien sabido por todos –y si no, se les recuerda–, el presidente trabaja por “un Estado cuyo fin es, precisamente, el de promover, respetar y garantizar los derechos humanos reconocidos por la Constitución y los tratados internacionales que forman parte de nuestro orden jurídico”.
Pues como está la situación parece que últimamente no ha ido a la oficina… pero como sea, aunque ya fue por todo mundo señalado que de vez en cuando a las instituciones encargadas de dar seguridad y protección se les pasa la mano cuando intentan imponer su ley, EPN no las juzgó, por el contrario, señaló que a su mando hay “instituciones leales y al servicio de la nación [en referencia a las Fuerzas Armadas], lo mismo que las dependencias federales encargadas de la seguridad y procuración de justicia”.
Obviamente, todo este discurso lo dijo acogido en el estado donde es consentido –no, no fue el Estado de México–, sino en Michoacán, donde se hizo presente para conmemorar el Bicentenario de la Constitución de Apatzingán. Y ya entrado en materia, señaló que las reformas que ha impulsado son un ejemplo de “fortalecimiento de las normas constitucionales y legales que garantizan el derecho de acceso a la información y la transparencia”.
Sin hacer referencia alguna a las manifestaciones que ayer se vivieron en diferentes partes del país y el extranjero, el presidente también comentó que él –o sea, nosotros– “estamos convencidos de que la vigencia del estado de derecho es indispensable para que los mexicanos gocen plenamente de sus libertades y para que nuestro país sea más competitivo y capaz de ofrecer mayores oportunidades de realización personal a toda la población”.
Quien sí se aventó a hablar del Iguala fue el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien señaló que las manifestaciones “son bienvenidas”… así, nada más… siempre y cuando sean para exigir la aparición de los jóvenes de Ayotzinapa, ya si son para “lastimar” a las instituciones o a los habitantes de Guerrero, ésas no.
Por otra parte, ¿será que el súper Comisionado que puso en “orden” a Michoacán llegue a Guerrero a repetir la hombrada? “No, no, no, Alfredo Castillo tiene una responsabilidad aquí”, respondió Osorio, señalando que hasta que ya se tengan bien formadas las instituciones michoacanas, se decidirá qué nueva aventura emprenderá el susodicho.
