Y ahora una de esas notas que provienen de la mismísima Cámara de Diputados y que tan felices nos hace. Ahora, para estar al último grito de la moda tecnológica, los diputados decidieron mandarse a hacer una bonita aplicación para usar en sus smartphones y tabletas, la cual salió en ¡115 millones de pesos!
¿¡Pus qué hace!?
Por medio de esta app exclusiva, cada legislador podrá monitorear desde cualquier lugar, toda la información y actividad que se genere desde el Palacio de San Lázaro.
Osea… ¿cómo?… están viendo que a los diputados casi no se les da el ausentismo, ¡y todavía les dan herramientas para que no vayan a chambear!
Este software que los diputados podrán descargar en sus gadgets, tendrá un costo de 115 millones de pesos, mismos que la Junta de Coordinación Política acordó pagar mediante 32 pagos mensuales de 3.6 millones de pesos de enero de este año hasta agosto del 2015, tiempo que durará la contratación multianual del servicio.
Este contrato es el DGAJ-001/2003 y fue firmado el pasado 10 de enero por Humberto Aguilar (secretario técnico de la Junta de Coordinación Política, ex senador del PAN y ex subsecretario de Gobernación), y el perredista y director general de Recursos Materiales y Servicios de la Cámara, Jesús Aboytes.
¿Se les hace un dineral? A nosotros también, más si consideramos que de acuerdo a expertos, una aplicación así no debe costar más de 500 mil pesos. Si a esta app se le agregan candados de seguridad estrictos, como encriptación de passwords y otras tecnologías para prevenir robos y hackeos, el costó cuando mucho sería de 1.5 millones de pesos.
Y lo peor de todo esto, aún no lo han leído, así que prepárense para derramar bilis. Resulta que la empresa Pulso Legislativo, que es con quien se celebró el contrato millonario, está ligada a Luis A. Godina y Sebastián Lerdo de Tejada, ex diputados priistas. Esta empresa también tiene la razón social del Sistema de Seguimiento Legislativo Mexicano, S. A. de C. V.
¡Qué casualidad!
Curiosamente, la Cámara paga por esta tecnología sin importar que estos servicios lo proporcionen ellos mismos por medio de sus departamentos parlamentarios y de comunicación social. Tampoco debemos dejar pasar que antes ya existía el Sistema de Información para la Estadística Parlamentaria, aplicación creada por el propio personal de la Cámara.
Si San Lázaro ya tenía una versión especial que podía descargarse vía internet a los dispositivos móviles para acceder a la información estadística de los diputados, ¿para qué gastar en más y más apps, que no hacen sino darles pretextos para no acudir a legislar personalmente?
Y una app para que los ciudadanos podamos mandarles nuestras quejas ¿pa’ cuándo?
