El pasado 18 de mayo el periodista Salvador Adame Pardo fue secuestrado en Nueva Italia, Michoacán, cuando se dirigía en su vehículo a un depósito de suministro de agua donde trabajaba. El reportero, indicaron medios locales, había sido un férreo crítico de la administración del alcalde del ayuntamiento de Francisco J. Múgica, razón por la cual recibió amenazas y había decidido renunciar a su oficio. Este lunes 26 de junio fueron localizados los restos calcinados del periodista Adame Pardo en Tierra Caliente, en un lugar conocido como Barranca del Diablo, sobre la carretera que conduce de Nueva Italia a Lombardía, de acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del Estado. Los restos del comunicador fueron encontrados “en estado de calcinación” tras más de un mes de haber sido secuestrado.

El procurado de Michoacán, Martín Godoy Castro, informó que pudieron identificar a Salvador a través de pruebas de ADN. El asesinato del periodista Salvador Adame Pardo es el séptimo caso que se registra en este sangriento 2017, según la organización Artículo 19. El colaborador de Canal 6 en Nueva Italia fue secuestrado tan sólo tres días después de que el prolífico periodista Javier Valdez Cárdenas, fundador de Ríodoce y autor de varios libros sobre narcotráfico, fuera asesinado en Culiacán, Sinaloa. El plagio de Adame Pardo sucedió un día después de que el presidente Enrique Peña Nieto, acompañado por toda la planilla de gobernadores estatales, anunciara las nuevas medidas para proteger al gremio periodístico.

El móvil del delito, según las autoridades michoacanas, habría sido un presunto problema de índole personal entre Adame Pardo y un líder criminal de la región llamado Feliciano Ledesma Ramírez, alias el Chano Peña, quien habría dado la orden de secuestrar y asesinar al comunicador.

Y aun así hay quienes dicen que este no es el peor momento para ser periodista en nuestro país y que en sexenios pasados la cosa estaba mucho más dura.

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