No otra vez, no por favor.
El silencio sepulcral reina en ‘La Casa de Sopitas’, como seguramente reina en todas las calles del país.
Como cada cuatro años, desde hace veinte; volvimos a cambiar los gritos, cánticos y festejos de una histórica clasificación a cuartos de final, por reclamos, lágrimas y pretextos que nos ayuden a digerir la derrota.
Primero, fueron los cambios de Mejía Barón en Estados Unidos’94. Cuatro años más tarde nos encontraríamos con el implacable temple alemán que nos echaría en Francia, en lo que para mi, es una calca de lo que hemos vivido esta tarde. Después llegaría el inexplicable fracaso contra Estados Unidos en el 2002, el golazo de Maxi Rodriguez cuando ‘tuvimos’ a Argentina en el 2006 y posteriormente el colapso del ‘Vasco’Aguirre en Sudáfrica 2010.
29 de Junio de 1998.
México, da la campanada y al minuto 47 se adelanta 1-0 en el marcador frente a Alemania en el estadio de Montpellier. Tuvimos para matar el encuentro, y cuando todo el país estaba por explotar en júbilo, llegó Klinsmann para empatar el partido y al minuto 85, Oliver Bierhoff sepultaría nuestras esperanzas.
29 de Junio del 2014
Deciseis años después, México se vuelve a encontrar con la oportunidad de enfrentar a un grande; echarlo del mundial y así consolidar su etiqueta que lo debe colocar como uno de los grandes animadores de las Copa del Mundo. Miguel Herrera lo sabe y plantea un perfecto primer tiempo que logra maniatar al equipo holandés. Al minuto 47, un sablazo de Giovani Dos Santos nos pone adelante desatando el júbilo por doquier. El 1-0 era suficiente, pero dificilmente sostenible, más cuando te enfrentas al equipo que más goles ha anotado en Brasil 2014. Miguel Herrera lo sabía, pero por alguna razón, el ‘Piojo’ hoy decidió traicionarse, y en vez de refrescar a un equipo con sus habituales cambios ofensivos, que pudieran darle mayor dinamismo al ataque mexicano y por consiguiente mayor preocupación a la zaga holandesa, optó por sacar a Giovani y meter a Aquino, echar a su equipo para atrás, y regalar la pelota y la iniciativa a un equipo que, lo que mejor sabe hacer es atacar.
Apareció San Memo Ochoa una, dos y hasta en tres ocasiones. Con la cara, con la rodilla y con lo que fuera necesario pudo contener los embates neerlandeses. Faltaban 5 minutos para que todos corriéramos a festejar al Ángel, 5 minutos en donde todo era elogios para un equipo que lo dio todo en esta Copa del Mundo, 5 minutos en donde hay que decirlo, nos sentimos ganadores antes de serlo. 5 minutos, en donde con dos veloces quita risas de Sneijder y Huntelaar, volvimos a quedar fuera del mundial.
Como cada cuatro años, desde hace veinte, lo que sobra en estos momentos, son culpables y pretextos que nos ayuden a digerir la derrota; los cambios de Mejía Barón, la ineptitud de Aguirre, el golazo de Maxi o el ‘robo de Robben’, sin embargo lo que menos necesita esta selección en en estos momentos son pretextos que pudiesen justificar el trago amargo, porque al final del día, cuando un equipo es capaz de sobre ponerse a tantas situaciones adversas como las que han afrontado los jugadores del ‘Piojo’ en el último año, y terminan por ofrecernos una actuación como la que hemos visto en Brasil, llena de entrega y solidaridad dentro y fuera del terreno de juego, no hay nada que reprochar.
Sin embargo, no podemos olvidar que llevamos 20 años estancados en el mismo lugar, veinte años en los que hemos escuchado las mismas promesas, y el mismo ‘sueño’ de alcanzar el quinto partido, una ilusión que conforme pasan los días, se convierte más en una maldición.
Dice Andrés Guardado que ‘No vale la pena decir ‘estuvimos cerca’ cuando al final, terminamos en el mismo lugar’.
La voz de Guillermo Ochoa es aún más contundente: ‘Que esto sea un aprendizaje’
Ya no nos alcanza sólo con creer, hoy hay que crecer.
