De acuerdo con un informe publicado por el economista Gerardo Esquivel para Oxfam, la desigualdad entre ricos y pobres en México ha aumentado.
México es el segundo más inequitativo de los 34 que integran la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), un buen bloque de datos sobre los cuales llorar o reír de manera desesperada y convulsiva.
México está dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo. Y aunque no hay cifras oficiales sobre la riqueza en México, sí hay son algunas estimaciones no oficiales como el hecho de que existen 15 personas que superan los ingresos de todos los mexicanos.
Si consideramos que el Producto Interno Bruto de México (es decir, el valor de los bienes y servicios producidos en nuestro país en un año) es de 16 billones de pesos, podemos concluir que: ¡estos tipos tienen el equivalente al 11% de ese varo!.
Mientras tanto, exactamente en el mismo país, a 23 millones de mexicanos, no les alcanza ni para hacer tres comidas al día. El salario mínimo es de 70.1 pesos, a quien mejor le va pero la canasta básica cuesta 42.8 pesos. Y aunque no lo crean, no tener para comer es anticonstitucional, ya que “un salario mínimo debe garantizar un nivel de vida digno”.
En tiempos de López Portillo, con el salario mínimo, podías comprar casi cuatro veces más de lo que se adquiere hoy.
¿Y porqué te lo contamos? Para que estés informado y actúes por la justicia dentro los límites legales de tu ciudadanía. ¿Qué es lo que necesitamos cambiar para hacer de México un país más justo?
1. La creación de un auténtico Estado Social y un cambio de enfoque, de un Estado dador a un Estado que garantice el acceso a los servicios básicos bajo un enfoque de derechos.
2. Si se crea una política fiscal progresiva y una distribución más justa, se podrá hablar de una política más acorde con los objetivos a mediano y largo plazo.
3. El gasto ha de focalizarse en educación, salud y acceso a servicios básicos, en infraestructura, en escuelas que cuenten con los servicios para que la brecha de desigualdad no crezca más.
4. La política salarial y laboral asimismo debe cambiar: es impostergable fortalecer el nivel de compra del salario mínimo.
5. La transparencia y rendición de cuentas: si realmente se quiere combatir la corrupción, las declaraciones fiscales de todos los miembros del gobierno deben hacerse públicas. Sólo así se fortalecerá el Estado de Derecho.