De acuerdo con una investigación realizada por investigadoras de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), las bebidas gaseosas han desplazado el consumo habitual de agua natural o aguas de frutas.
Con lo anterior México se coloca en el segundo lugar en cuanto a consumo de refresco, sólo detrás de Estados Unidos, hecho que dieron a conocer María de los Ángeles Maya Martínez y Ana María Durán Ibarra, especialistas de la UAEM.
Opinaron que, aunada a la genética de los mexicanos, la dieta familiar condiciona la presencia de obesidad, cuando se presenta en ambos padres aumenta 80 por ciento el riesgo de que los hijos la padezcan. por lo que es urgente modificar los hábitos alimenticios de las familias mexicanas. Por ejemplo, el mexicano destina 30 por ciento de su ingreso a la alimentación y de allí el 10 por ciento a la compra de refrescos.
Indicaron que aunque es necesario incluir en nuestra dieta cereales, leguminosas, frutas, verduras y productos de origen animal, paulatinamente se ha convertido en una dieta parecida a la de otros países industrializados.
Las investigadoras mencionaron que el consumo de esta dieta es apoyada por la industrialización de los alimentos, que en muchos casos ofrece productos con materias primas deficientes, disfrazadas con saborizantes, cuyo resultado son productos de bajo valor nutritivo, pero con excelente sabor, como es el caso de los refrescos.
Maya Martínez y Duran Ibarra indicaron que en países en vías de desarrollo, con bajo nivel educativo y bajos ingresos, los individuos optan por adoptar patrones alimentarios de bajo costo.
