Enrique Márquez, Jefe de la Oficina de la Internacional Socialista-México y quien coordinó los festejos del bicentenario en el D.F, anunció que México fue propuesto por Marcelo Ebrard como anfitrión de la Cumbre Mundial de Indignados, Disidentes e Insurgentes, que se realizará del 7 al 10 Diciembre.
La Cumbre de Indignados, según su página oficial, se propone “relatar y analizar las insurrecciones sociales y los movimientos de protesta que surgieron, entre 2010 y 2012”. La Cumbre pondrá a discusión los temas que han sido parte esencial de las agendas en las protestas juveniles de todo el mundo. Se hablará de la preocupación de los jóvenes por propiciar un sistema democrático más participativo (no se olvide el grito que se volvió lema de los jóvenes del 15-M: Democracia real ¡Ya!), así como del futuro y la importancia de la protesta pacífica y los frutos que ha dado (y aquí no se puede dejar de pensar en la sucesión del poder en Egipto luego de la primavera árabe o el papel de EU en el conflicto). Además, si se considera que las redes sociales fueron, por lo menos, punto de encuentro y facilitaron la organización de la protesta, es claro que estas redes y los vínculos que permiten serán también uno de los temas principales.
La cumbre está claramente centrada en pensar el pasado para planear el futuro y le da un lugar privilegiado al testimonio pues los ponentes –que bien pueden ser activistas refugiados, desclasados como Malik Sahad Aka Malik l, o jóvenes doctorandos en Letras como Allan Page– fueron actores principales en movimientos como la Primavera Árabe y Occupy Wall Street.
El video en la página principal de la Cumbre ya dice mucho de sus objetivos y postulados, nos recuerda que cuando uno se inmola allá, otro grita aquí, proponiendo en las imágenes aquella idea de la protesta global (más eficazmente interconectada) de la que se presumía en las primaveras mundiales. “El sistema comienza a ceder” nos dice luego la voz en off y nos pregunta “ahora qué”. La Cumbre queda ahí resumida, están la esperanza y la incertidumbre, pero sobre todo la reflexión.
México, anfitrión silencioso.
Enrique Márquez afirmó que México “ha sido históricamente tierra de asilo y de preparación de los movimientos revolucionarios más importantes que han ocurrido en América Latina”, y desde luego, bien justificado está el papel de México como anfitrión cuando se piensa en el movimiento #YoSoy132, el cual, paradójicamente, no ha dicho nada al respecto; el mismo Márquez lamentó que no participara activamente, pero dijo que la puerta quedaba abierta. Tal vez el movimiento mexicano se una a esta discusión en el futuro, pero mientras tanto, la reticencia, o la simple omisión de su parte, ya son suficientes para dejar un mal sabor de boca.
*** Vía LaJornada y Cumbreidi.org
