El pasado 9 de mayo el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés) de Londres presentó el Estudio de Conflictos Armados en el que revelaba que los niveles de violencia en México —durante 2016— eran mayores que los registrados en países inmersos en conflictos armados como Irak o Afganistán. Peor aún: el informe indicaba que nuestro país ocupaba la segunda plaza a nivel mundial sólo por detrás de Siria. Apenas un día después, el Gobierno mexicano contestó las aseveraciones que hizo el instituto. En un comunicado firmado conjuntamente por la secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores, el gobierno desacreditó el estudio del IISS argumentando que el reporte carecía de rigor: que utilizaba cifras con origen desconocido, sus estimaciones estaban basadas en “metodologías inciertas”, además de que utilizaban términos jurídicos de manera equivocada. “México está lejos de ser uno de los países más violentos del mundo”, sentenciaron nuestras autoridades.

El estudio fue retomado por decenas de medios de comunicación y tuvo tanta repercusión que hasta funcionarios federales salieron a revirarle. La afirmación del informe tuvo mucho eco e, incluso, llegó al timeline del presidente de Estados Unidos. Así es: Donald Trump, el político que durante su campaña rumbo a la Casa Blanca enarboló un discurso antimexicano, le dio retweet a un vínculo de CNN que contenía los resultados del Estudio de Conflictos Armados. El trabajo fue cuestionado el experto y analista de seguridad Alejandro Hope, quien mencionó lo siguiente: “espero que estos cretinos (IISS) estén contentos. Su reporte idiota ya fue retuiteado por Donald Trump”. El Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto descalificó el estudio al asegurar que las cifras mostradas correspondían al total de homicidios durante el año pasado y que no todos los asesinatos estuvieron relacionados con el crimen organizado.

El académico sonorense Patricio Estévez Soto explicó de manera más precisa en qué falló el análisis del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos y por qué no son comparables las cifras de la violencia en México y la de los demás países incluidos en el listado. De acuerdo con Estévez Soto, hay dos grandes motivos por los cuales las conclusiones del estudio están erradas: no tomaron en consideración que las poblaciones de las naciones analizadas son “enormemente diferentes” y que no todos los homicidios registrados en México durante 2016 pueden ser atribuidos al conflicto con la delincuencia organizada.

La CIDH lamenta que el Gobierno de México haga caso omiso de sus recomendaciones
Foto: Getty Images

El académico indicó en el texto titulado No, México no tiene el segundo conflicto más letal del mundo que para poder comparar debidamente los datos de letalidad entre países, es necesario tomar en cuenta el tamaño de sus poblaciones. Estévez Soto pone el siguiente ejemplo para entenderlo con peras y manzanas:

1.- Tenemos dos países: A y B.

2.- El país A tiene una población de 1 millón de habitantes y tuvo 100 homicidios, mientras que el país B tiene una población de 10 millones de personas y tuvo 500 homicidios.

3.- El país B tiene, en términos absolutos, cinco veces más homicidios que el país A.

4.-Si se toma en cuenta la población de cada uno de los países, el país A tuvo 10 homicidios por cada cien mil habitantes, mientras que el país B tuvo 5 homicidios por cada cien mil habitantes.

5.- Es decir, que el país A es dos veces más letal que el país B.

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Según Patricio Estévez, esto mismo pasa cuando se compara a México con países como Siria, Afganistán o Irak. México cuenta con una población aproximada de 127 millones de personas, mientras que si se suma las poblaciones enteras de estos tres países de Medio Oriente, más la de Yemen, apenas se obtiene una población aproximada de 114.2 millones de personas. Cuando se cruzan las cifras de homicidios y número de habitantes, la tasa de fatalidad mexicana es mucho menor que la de todas las naciones incluidas en el análisis. México es un sitio menos violento que todas estas naciones y el Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras). “La diferencia en las poblaciones es tan abismal que ignorarla es pecar de ingenuidad en el mejor de los casos y de irresponsabilidad en el peor de ellos”.

Patricio Estévez: México no es el segundo país más violento del mundo
Foto: Patricio Estévez

Al igual que hizo el Gobierno mexicano, Estévez indicó que es un “grave error” asegurar que todos los homicidios registrados durante el año pasado están vinculados con el crimen organizado. Los homicidios en el país están relacionados con violencia interpersonal y doméstica, riñas, homicidios relacionados a delitos comunes, entre otros. El problema es que no se sabe a ciencia cierta cuántos están relacionados directamente con la guerra contra el narcotráfico. El académico sonorense indica que México sí vive un problema de violencia y, además, de violencia relacionada con el crimen organizado, aunque asumir que todos los homicidios en el país están relacionados con la misma “no sólo es una afrenta descarada a la verdad, sino una falta de respeto a las víctimas de la violencia tanto en México como en el resto de los países en el estudio”.

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