Y parece que para el mal nos recetamos puro placebo…
En la presentación del informe Un trato indolente. La respuesta del Estado frente a la desaparición de personas en México, la organización internacional Amnistía Internacional (AI) remarcó que en México existe una evidente “epidemia de desapariciones”, producto de la “incompetencia, inercia e indolencia” del gobierno, el cual tiene como mayor preocupación ofrecer “respuestas coyunturales” que obtener verdaderas y eficaces políticas públicas articuladas para hacer frente al problema.
“En México no importa si una desaparición se trata de una situación oculta o es un caso de alto perfil, las autoridades parecen incapaces de dar respuestas sólidas e institucionales que estén encaminadas a encontrar la verdad y garantizar justicia”.
Aunque el problema no es exclusivo de la administración de Peña Nieto, la organización señaló que de las 27 mil 600 personas desaparecidas o no localizadas de las que se tiene registro, la mitad se ha dado en este sexenio… Tan sólo 3 mil 425 durante el año pasado.
Para agravar más la denuncia, AI destacó que muchos de los casos conocidos son producto de detenciones realizadas por elementos de la policía o el Ejército… pero como en nuestro país no existe un registro de aprehensiones, esto permite a las autoridades negar toda responsabilidad y lavarse las manos”, destaca el informe.
Por todo esto, la organización subrayó la urgencia de que el gobierno mexicano (cual persona que le entra duro al chupe) reconozca que tiene un problema… pero no sólo eso: también que asuma su deber para investigar los casos de desapariciones forzadas y, en caso de dar “solución”, llevar a los responsables ante la justicia. Pocas palabras, que le dé validez a la cantaleta de siempre: llegar hasta las últimas consecuencias.
Y que no es la primera vez que el gobierno mexicano es urgido para resolver la situación, AI endureció su posición. Si no creen nomás echen ojo a la declaración de su directora del programa de Amnistía Internacional para las Américas, Erika Guevara-Rosas, quien señaló que casos como el de los 43 de Ayotzinapa o la “incesante ola de desapariciones en Chihuahua”, sólo dejan en evidencia “el desprecio absoluto de las autoridades mexicanas por la dignidad y los derechos humanos”.
¿Recomendaciones? Lo elemental: la búsqueda de las personas desaparecidas… o ya de menos una investigación seria de los hechos, la reparación integral del daño y la aplicación de otras medidas de política pública.
