Si el Gobierno de México funcionara como una casa, estaríamos en un momento preocupante. Desde hace algunos años —sin hacer mucho ruido, claro— hemos estado rompiendo el cochinito, rascándole a los billetes debajo del colchón o buscando monedas entre los sillones de la sala.
Entre pandemia, gastos inesperados o proyectos masivos, se nos está terminando lo que popularmente llamaríamos “el guardadito”.
Obviamente esta noticia es medio enredada, llena de apuntes técnicos sobre economía o finanzas —aderezados con alguna que otra polémica surgida de la desinformación—, pero acá les hacemos un resumen de cómo el Gobierno de México le anda dando cuello a los ahorros o cómo es que eso debería preocuparnos.
El guardadito de México
Aunque le decimos guardadito, este mecanismo se llama oficialmente Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP). Se creó hace menos de 10 años, en 2014.
¿Qué es o qué hace? Pues aquí está lo interesante. En términos simples: el FEIP o guardadito es un fondo de emergencia. Es un dinerito guardado por el Gobierno de México en caso de que los ingresos nacionales no sean suficientes para cumplir con el Presupuesto que se propuso para sobrevivir al año.
O sea, si recaudamos menos impuestos, si no vendimos suficiente petróleo, si las inversiones no dieron como esperábamos o si gastamos más de lo esperado, pues el Gobierno puede pellizcarle al FEIP para salir adelante.
La cosa es que en los últimos años le hemos pellizcado… ¡muchísimo!
¿Le dimos en la torre al FEIP?
Aquí es donde se nos van a ir de cabeza pues el FEIP ha ido disminuyendo a niveles críticos durante los últimos años.
Cuando terminó 2018 —o sea, cuando fue el cambio de Gobierno de EPN a AMLO, para no enredarnos— el FEIP tenía 279 mil 771 millones de pesos.
En el último trimestre medido de 2022, este mismo fondo tenía 24 mil 986 millones de pesos.
No, no fue un dedazo. En lo que va de este Gobierno, el FEIP ha perdido más del 90% del dinero que tenía guardado. En estos momentos —solamente en términos reales, sin considerar inflación, ni nada por el estilo que complican más la situación— nos queda solo el 8% de lo que teníamos al empezar el sexenio.
Y lo curioso es que el Gobierno actual lo sabe.
Antes de su polémica salida —por declaraciones públicas como esa— el antiguo Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, dijo que en 2020 corríamos el riesgo de terminarnos todo el guardadito. El actual Secretario, Ramírez de la O, dijo que el FEIP estaba “en nuestro corazón”.
Y ahí viene la polémica del 2022
Ahora que sabemos que le estamos dando ‘cran’ al FEIP con singular alegría, la Secretaría de Hacienda impulsó una modificación en este 2022, pues en la Cámara de Diputados se aprobó que la Secretaría de Hacienda pueda echar mano de los “activos financieros” para metérselos al FEIP.
Fieles a la costumbre mexicana se armó la polémica bárbara que aprovechó la confusión con el término “activos financieros”.
Corría el rumor de que iban a usar los ahorros de los mexicanos, las pensiones o incluso el dinero de las AFORE, pero —sin meternos en muchos enredos— eso no es posible porque no son recursos del Gobierno y solamente esos se pueden usar en el FEIP, como explicaba la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro.
O sea, que el Gobierno Federal solo puede agarrar lana del Gobierno Federal, no del IMSS, del ISSSTE o de otras instancias.
Sin embargo, aunque más allá de la grilla partidista que nos envuelve, la situación sí sigue siendo preocupante.
A grandes rasgos, desde hace al menos cuatro años, el Gobierno gasta más de lo que recibe. Las cuentas finales aparecen en números rojos y algunos especialistas aseguran que —con el Presupuesto planteado para 2023— las cosas vienen todavía más preocupantes.