A menudo, cuando hablamos de los problemas de México solemos consolarnos diciendo que nuestra economía no está tan mal. Sin embargo, luego nos enteramos de noticias como ésta y el ánimo se nos viene abajo.
Resulta que de acuerdo al Banco Mundial, el salario mínimo en nuestro país se ubica debajo del promedio registrado por las naciones emergentes más importantes. De hecho, en una lista comparativa de 125 economías (el primer sitio es el más bajo), México ocupa la posición 55.
En palabras sencillas y concisas, México se ubica entre los países que peores salarios ofrece a sus empleados.
El Banco Mundial, en su Reporte de Desarrollo Mundial que emitió este año, tasa al salario mínimo mexicano en 1,332 dólares anuales, y aunque esta cifra es superior al ingreso registrado en Nicaragua (1,308 dólares), Bolivia (960 dólares) o El Salvador (936 dólares), en comparación al resto de los países latinoamericanos, salimos perdiendo:
Argentina – 4 mil 824 dólares
Venezuela – 3 mil 504 dólares
Brasil – 3 mil dólares
Perú – 2 mil 4 dólares
Y en comparación con otros países del mundo, tampoco tenemos mucho de que presumir:
China – 1,728 dólares
Rusia – 3 mil 816 dólares
Al que sí le ganamos es a la India, que tiene un ingreso de 264 dólares
Tssss… ¿y cómo le hacen por allá?
Si el caso de la India les parece grave, esperen a enterarse de cuál es el salario mínimo más bajo del mundo. Corresponde a Burundi en donde el sueldo está tasado en 36 dólares anuales.
Y para que nos de envidia, el sueldo mínimo más alto lo dan en Noruega, en donde ganan 45 mil 500 dólares.
¡Esa cantidad en México sería un buen sueldo!
Al presentar estos datos, Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, mencionó que para mantener estables las actuales tasas laborales en los próximos 15 años, el mundo necesita 600 millones de empleos.
“Es fundamental que los gobiernos trabajen bien con el sector privado, el cual da cuenta del 90% de todos los puestos de trabajo”, comentó
Sería bueno preguntarle a Peña Nieto qué tiene planeado hacer para revertir esta situación que, como vemos, para nada nos favorece.