Aunque ahora en nuestro país no han faltado quienes se cuelgan la medallita, resulta que la detención del exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, fue a petición de las autoridades en Estados Unidos. Por ello (y porque México sí facilitó información para su detención), serán los italianos los que decidirán a dónde mandan al hombre que permitió (o al menos, no hizo nada para impedir) el brote y crecimiento de una de las células delictivas más gandallas de los últimos años: Los Zetas.
En conferencia de prensa, el subprocurador jurídico en asuntos internacionales de la PGR, Alberto Elías Beltrán, señaló que Italia no tiene fácil la decisión de extradición de Yarrington, ya que mantiene tratados con ambos países. Sin embargo, para que no haya preferencias, el asunto se definirá con base en seis criterios:
Por la gravedad de los crímenes cometidos. Por el tiempo que Yarrington delinquió en cada uno de los países (aquí la lleva de gane EEUU: en los dos países comenzó en 1998, pero en México fue hasta 2005, mientras que en Gringolandia terminó la chamba hasta 2013). Por la nacionalidad del detenido y su residencia (mexicana, en ambos casos). Por la fecha en la que se realizó la solicitud de ficha roja a la Interpol (México a finales de 2012, EEUU en 2016) y, por último, por la existencia de tratados de extradición.
En el caso de gravedad de los crímenes, en ambos países Yarrington se pasó de lanza. Sin embargo, en México sólo se le acusa de delitos contra la salud y lavado de dinero, crímenes que le harían pasar hasta 20 años de prisión (y eso, si le dejan caer todo el peso de la ley). Claro, nunca hay que desestimar la extraña justicia que se aplica en el país, la cual hace que exgobernadores sean atrapados en el extranjero y liberados en México… y luego hasta con candidatura a diputación salen (cof, Moreira, cof).
Ahora que si lo mandan a Estados Unidos, allá enfrentaría once cargos: por un sabroso listado de delitos que van desde el tráfico de drogas, hasta el fraude. De acuerdo con La Jornada, en tierra de Trump, Yarrington se aventaría dos cadenas perpetuas.
Con todo lo mencionado… no pues que mejor lo manden para Estados Unidos. Aunque claro, que las autoridades mexicanas no dejen de pelear por recuperar todo el dinero que el exgober tamaulipeco se haya embolsado del erario. A ver si algo le sobra, ya que -según las autoridades italianas- en tierra de Pavarotti, Yarrington vivía muy tranquilamente: como un jubilado. “Eso sí, tenía muchos contactos”, señaló para Proceso Luigi Rinella, agente de la policía de Italia, que coordinó la detención del exprófugo mexicano.
