Después de su efímero paso por el tambo, el ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, obtuvo una suspensión definitiva con la cual se prevé que no volverá a pisar la cárcel… al menos en lo que dura el proceso que se le sigue por los delitos de peculado y daño al patrimonio del Estado.
A criterio de la juez quinto de Distrito en materia penal de Nuevo León, Beatriz Jaimes Ramos, el blindaje con el que a partir de ahora cuenta el ex mandatario no es un acto en perjuicio del interés social, ni contraviene disposiciones de orden público. Lo otorgado por la juez es una medida cautelar contra cualquier intento de detención o privación de su libertad.
Con lo anterior, Rodrigo Medina sólo tiene que comparecer ante el juez de control, cuando éste le solicite. Sin embargo, la suspensión podría quedar sin efecto si dentro de los cinco días siguientes el promovente (o sea, Medina) no deposita una garantía de 100 mil pesitos… que, para la millonada por la que se le está procesando, es nada.
Tras darse a conocer la decisión de la juez, el gobierno de Nuevo León señaló que interpondrá los recursos necesarios para combatirla. De acuerdo con Aldo Fasci, vocero de seguridad del Estado, Medina se traslada por todo el territorio nacional a bordo de aviones privados, lo cual le da mayor facilidad para abstraerse de la justicia.
“(Medina) tiene acceso a aviones, con esas facilidades se puede ir a la hora que quiera, y no tiene trabajo, y no tiene bienes aquí (en Nuevo León)”.
Fue el pasado 26 de enero cuando Medina fue encerrado en el Penal de Topo Chico, esto después de que se le vinculó a proceso por los delitos de peculado y daño al erario. Sin embargo, no duró ni 24 horas tras las rejas cuando ya estaba en libertad. De acuerdo con las autoridades, no hay elementos que indiquen que el buen Medina pretenda darse a la fuga… no importando que, como señaló Fasci, no cuenta con domicilio ni con trabajo en Nuevo León.