Lo que necesitas saber:
Un ensayo de la Universidad de Plymouth, busca comprobar que medicamentos para el VIH, tales como ritonavir y el lopinavir, pueden servir para tratar los tumores cerebrales.
Los antirretrovirales, medicamentos usados para tratar el VIH y el SIDA, podrían tener otro uso: el de reducir el crecimiento y la supervivencia de los tumores cerebrales en personas que padecen de neurofibromatosis 2 (NF2), trastorno causado por cambios en un gen llamado NF2.
Al menos eso es lo que intentan comprobar científicos del Centro de Excelencia en Investigación de Tumores Cerebrales de la Universidad de Plymouth, en el Reino Unido, quienes trabajan en un ensayo médico llamado ‘Retreat’, con ayuda del ritonavir y el lopinavir.
¿Qué es la neurofibromatosis 2 (NF2)?
La neurofibromatosis 2 (NF2) es un trastorno donde se forman tumores en el sistema nervioso central (el cerebro y la columna vertebral) por la alteración en el gen NF2, ubicado en el brazo largo del cromosoma 22, que es el encargado de la producción de la proteína merlina, la cual funciona para suprimir tumores sirve para suprimir los tumores.
Con la alteración del gen NF2, se deja de producir dicha proteína (también conocida como schwanomin) y eso da paso a que las células crezcan sin control. Si bien comúnmente es padecimiento hereditario que se puede transmitir de padres a hijos, también existen casos aislados de neurofibromatosis 2.
Lopinavir y rinotavir: los antirretrovirales que se usan para el VIH y se estudiarán para tratar los tumores cerebrales
El promedio de edad de los pacientes que desarrollan NF2 es entre los 18 y los 24 años, aunque puede presentarse desde el año de nacimiento hasta los 70 años. Su mayor causa de mortalidad no es la enfermedad en sí, sino las operaciones a las que se someten los pacientes para extirparlos.
Por su parte, el lopinavir y ritonavir se utiliza junto con otros medicamentos para tratar la infección por VIH. Su función es disminuir la cantidad de VIH en la sangre y así reducir la posibilidad de desarrollar el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o cáncer.
Seguro estos medicamentos les suenan y no es raro: desde hace meses también se usan en ensayos clínicos para crear un tratamiento al COVID-19, ya que algunos científicos indican que el uso de estos antirretrovirales se usan en infecciones virales similares.
Ahora con el ensayo de RETREAT, que estará dirigido por el profesor Oliver Hanemann y que seguirá una investigación realizada por la dra. Sylwia Ammouny, se buscarán ver cómo evolucionan y cambian los tumores cerebrales en un año con el uso de los medicamentos en cuestión.
Durante un año se llevará a cabo el ensayo ‘Retreat’
La dependencia indica que los paciente primero se realizarán una biopsia del tumor en cuestión y luego estarán 30 días con un tratamiento donde tendrán que tomar dosis de lopinavir y ritonavir. Luego se les hará otra biopsia para ver la reacción de los tumores con el uso de antrirretrovirales.
A través de un informe, el profesor Oliver Hanemann, director del Centro de Excelencia en Investigación de Tumores Cerebrales de la Universidad de Plymouth, indicó que este podría ser el primer paso a un tratamiento de los tumores relacionados con el gen NF2.
Con la esperanza de ayudar a los pacientes con neurofibromatosis 2 a tener un tratamiento más gentil y efectivo
Hanemannn tiene la esperanza de que este ensayo llegue a crear un tratamiento eficaz para la neurofibromatosis, y ayude tanto a pacientes que han heredado dicho trastorno y desarrollaron varios tumores, así como para quienes sólo tienen un tumor resultado de la mutación en la NF2.
Por su parte, la doctora Karen Noble, directora de Investigación, Política e Innovación del Brain Tumour Research, afirmó que la ventaja de usar medicamentos como el ritonavir y lopinavir, es que ya demostraron ser seguros en personas sanas y tratadas por el VIH.
Sin necesidad de quimioterapias o cirugías
Para pacientes que participaron y participarán en este ensayo, el posible uso de antirretrovirales para tratar los tumores cerebrales es una luz al final del tunel. Sobre todo porque eso implicaría no someterse a múltiples operaciones y quimioterapias.
“Me sometí a 15 meses de quimioterapia y a radioterapia en enero de este año. La radioterapia es una barbaridad; recibir cuatro inyecciones de anestesia en la cabeza fue lo más doloroso que he experimentado nunca”, mencionó Jayne Sweeney, de 57 años, a quien le diagnosticaron NF2 en 1996.
“Así que es muy importante encontrar formas mejores y más amables de tratar la enfermedad”, afirmó la mujer que perdió la audición del oído izquierdo luego de que la operaran para extirparle uno de los 12 tumores que tiene en el cerebro y el cual volvió a crecer con el tiempo.
“Es demasiado tarde para una cura para mí, pero estoy muy orgullosa de haber sido invitada a formar parte del grupo de dirección del ensayo, donde he podido comprobar de primera mano la pasión del equipo por ayudar a las personas con esta enfermedad“, indicó Sweeney al respecto.