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La comunidad internacional parece haber despertado. El viernes 108 personas fueron asesinadas por el régimen de Bachar el Asad en la ciudad de siria de Hula. 32 de ellos menores de edad. La masacre de Hula obligó a que el Consejo de Seguridad de la ONU se reuniera este domingo con carácter de urgencia y condenara de forma unánime la “masacre” de Hula.
La ONU envió una comisión de vigilancia a la ciudad durante el fin de semana. A su llegada encontraron los 108 cuerpos, testigos mudos de la violencia del gobierno contra los habitantes de un país en guerra. La oposición acusa directamente a Bachar, mientras el gobierno de Damasco niega cualquier relación con los bombardeos y ejecuciones del viernes, atribuyendoselos a un grupo de “ terroristas extranjeros”.
Las imagenes de la masacre empezaron a circular en internet el viernes por la noche, la más terrible de todas, sin duda la que cierra esta nota. Una fotografía de un grupo de niños acribillados que varios medios han decidido publicar para presionar a la ONU a tomar medidas urgentes contra el régimen de Bachar.
“Niños, mujeres y ancianos murieron a tiros. Esta no es la manera de actuar del heroico Ejército sirio”, dijo el portavoz del ministerio de Exteriores, Jihad Makdesi a los periodistas en Damasco, sobre el ataque más letal desde que se acordara el alto el fuego (auspiciado por la ONU y la Liga Árabe) entre el régimen y las fuerzas rebeldes.
La ONU calcula que desde que estalló la revuelta en este país en marzo de 2011, habrían muerto más de 10.000 personas.